El invierno con altas temperaturas y escasas lluvias que se viene produciendo en las Islas ha motivado que la plaga de mosca blanca (Aleurodicus dispersus) que desde hace varios años afecta a varias zonas verdes de la capital se haya incrementado en algunos puntos.

Si bien las abundantes precipitaciones caídas durante el invierno pasado (2014-2015) fueron un aliado para los servicios municipales encargados de luchar contra este plaga, este año la climatología ha jugado en su contra.

"En esas fechas, con el acompañamiento de los tratamientos oportunos, se redujo de forma importante la mosca blanca", subrayó el concejal de Bienestar Comunitario y Servicios Públicos, Dámaso Arteaga.

Sin embargo, y a pesar de que no se ha parado de actuar en los puntos en los que, desde hace años, el ayuntamiento tiene detectados los principales focos de mosca blanca, el insecto se ha hecho fuerte en algunas zonas, como la plaza de Weyler, en pleno centro de la ciudad -también en Benito Pérez Armas, las Ramblas y en el García Sanabria-. "El tiempo no nos ha acompañado", enfatizó el edil.

En el caso de la citada plaza, los efectos de la plaga eran bastante evidentes el pasado jueves, con motivo de la pequeña ventisca que, sobre todo al mediodía, movía los árboles del recinto. La caída de insectos y de hojas afectadas por su residuos llegaba a ser, por momentos, molesta para los viandantes que cruzaban hacia la calle Castillo.

Algunos, incluso, se veían obligados a apartar con sus manos los ejemplares de mosca blanca que iban precipitándose mientras esperaban para ser atendidos en un quiosco de apuestas.

En este punto en concreto, y según explicó el propio edil de Servicios Públicos, se da la circunstancia de que a los efectos derivados de las altas temperaturas se ha unido que las cuadrillas municipales no han podido actuar desde principios-mediados del mes de diciembre por la instalación de los alumbrados, primero navideño y luego de Carnaval.

En las zonas en las que sí se ha seguido actuando con normalidad, los operarios han mantenido la aplicación de los tratamientos que se usan para mitigar esta plaga -erradicarla es muy difícil-, esto es, un producto jabonoso biodegradable que en todos los ensayos en los que se ha probado se ha revelado como el método más efectivo para luchar contra estos insectos sin hacer daño a la especie vegetal afectada.

Ya en 2012, el área de Parques y Jardines de la capital reconocía la existencia de 110 puntos afectados por la plaga de mosca blanca, entre las que figuraban las citadas anteriormente y otras como la plaza de Europa, María Jiménez y Los Asuncionistas. Y también durante ese año, como ahora, el pequeño insecto se hizo fuerte en las zonas verdes de Santa Cruz al registrarse un invierno con temperaturas elevadas.

La mosca blanca forma colonias en el envés de las hojas y se alimenta succionando la savia de las hojas, que se vuelven amarillentas y acaban secándose y cayendo. La melaza que genera puede producir la aparición de hongos.