La Policía Nacional, a través de la Brigada Provincial de Policía Judicial, mantiene abierta la investigación sobre la supuesta trama de robo de fármacos del Hospital Médico-Quirúrgico de Jaén, por la que ya han sido arrestadas tres personas --dos vigilantes de seguridad del centro y el dueño de un gimnasio del municipio jiennense de Torredelcampo-- de modo que "no se descartan nuevas detenciones", y se analiza "si hubiera más gimnasios involucrados en la trama".

En una nota, la Policía ha detallado este miércoles que las investigaciones que actualmente realizan agentes adscritos a la citada unidad policial "encauzan sus pesquisas en la averiguación de la cantidad" del medicamento sustraído y su "puesta en circulación en el mercado negro, a la espera del informe hospitalario".

Además, se trabaja en saber "si hubiera más gimnasios involucrados en la trama", según explica la Policía Nacional, que en el marco de esta investigación ya ha detenido en Jaén a tres hombres, de los que dos eran vigilantes de seguridad que realizaban su servicio en el hospital, como presuntos autores del robo de medicamentos que, presuntamente, después vendían al responsable de un gimnasio de Torredelcampo, el tercer arrestado.

De acuerdo a la versión policial, la dirección del hospital había detectado anomalías en la farmacia que dispensa los medicamentos a los enfermos y había denunciado la sustracción de un tipo de ellos, si bien los agentes han intervenido "otro tipo de medicinas de alto valor económico" cuyo robo que no había sido detectado.

En concreto, responsables del hospital habían detectado en la farmacia que dispensa las medicinas a los enfermos del hospital la falta del fármaco ''Aranesp'', "utilizado para enfermos oncológicos, hematológicos y nefrológicos que puede utilizarse, con el consabido peligro, para mejorar el rendimiento deportivo, siendo considerado dopante".

Centradas sus sospechas en dos vigilantes jurados, dieron conocimiento a la empresa en la que trabajaban, que a su vez contrató los servicios de una agencia de detectives que emitió un informe en el que identificaban a los dos vigilantes que accedían al interior de la cámara frigorífica de la farmacia con una bolsa en la que introducían diferentes cajas de medicamentos.

Con el informe emitido, dos responsables del hospital se personaron en comisaría para denunciar los hechos el pasado día 17 de noviembre, estimando en unos 13.000 euros el valor de lo sustraído, según abunda la Policía, que apunta que estos hechos, "al parecer, venían sucediendo desde finales del pasado año".

UNO DE LOS DETENIDOS ALEGA "NECESIDADES ECONÓMICAS"

Al ser interrogado por los investigadores, uno de los vigilantes de seguridad "reconoció los hechos alegando que lo estaba haciendo por necesidades económicas". Ambos trabajadores tenían acceso a todas las llaves del centro hospitalario, incluyendo por tanto a las de la farmacia, "teniendo prohibido su acceso y la utilización de la tarjeta lectora identificativa".

El detenido manifestó a los agentes que "entrenaba en un gimnasio de Torredelcampo", donde conoció a un individuo con el que entabló "una relación habitual y cordial al que le contó el problema que tenía con la enfermedad de su hijo", ante lo que el responsable del gimnasio "le mostró una fotografía de un medicamento diciéndole que, si lo conseguía, él se lo compraría".

Así, cada vez que le entregaba los medicamentos supuestamente le daba "entre 50 y 80 euros", dinero que presuntamente se repartían ambos vigilantes, si bien el responsable del gimnasio manifestó a los agentes que sobre la navidad del pasado año "se personó en su local una persona preguntando directamente por él, diciendo que trabajaba en un centro hospitalario y que podría conseguirle y suministrarle hormonas de crecimiento, mostrándose interesado por la oferta, ya que le vendría bien en la práctica del culturismo, ya que estos medicamentos favorecían la masa muscular, llegando a pagar hasta 10.000 euros por las sustancias".

Así las cosas, los policías han intervenido en el gimnasio tres cajas de un medicamento diferente al denunciado; en concreto, ''Omnitrope'', cuyo "valor comercial real es de 286 euros la caja de cinco miligramos, siendo la de 10 de 572 euros".

Los investigadores preguntaron a la responsable de la farmacia sobre este medicamento y de cómo no se había detectado la falta del mismo, confirma la Policía, que apunta que, "al parecer, fallos informáticos del sistema de control de farmacia informaban sobre la existencia de gran cantidad de esta sustancia cuando en realidad no había existencias", por lo que "la dirección del centro hospitalario había abierto una investigación para saber dónde había ido a parar el mencionado medicamento".

A los presuntos autores de estos hechos se les imputan los supuestos delitos de robo con fuerza, contra la salud pública y receptación.