Alrededor de 2.000 personas han bloqueado las vías del tren que une Macedonia con Grecia en protesta por la decisión de los autoridades de la Antigua República Yugoslava de Macedonia de solo permitir cruzar la frontera entre estos países a los ciudadanos de Siria, Afganistán e Irak.

Medios locales informaron hoy de que los considerados como migrantes económicos -la mayoría de ellos procedentes de Irán, Bangladesh, Somalia y otros países de África y Asia- permanecen sentados en las líneas de ferrocarril para bloquear la circulación de trenes de pasajeros y mercancías entre Grecia y Macedonia.

El Ministerio del Interior macedonio anunció ayer que solo permite a los originarios de Siria, Afganistán e Irak, por ser considerados refugiados, atravesar la frontera sur con Grecia, mientras que cierra el paso al resto de nacionalidades.

Interior justificó esta decisión argumentando que Serbia, Eslovenia y Croacia ya habían adoptado la misma medida.

En la zona que rodea a la ciudad de Gevgelija, cercana al principal cruce fronterizo, han sido desplegados numerosos policías y de efectivos del Ejército.

Allí se encuentra un campamento de tránsito donde se registra a los que llegan procedentes desde Eidomeni, en territorio griego.

La prensa local señaló que durante la madrugada se han producido intentos de cruzar la frontera de forma ilegal, lo que ha provocado momentos de tensión entre los migrantes y las fuerzas de seguridad.

El Ministerio del Interior informó hoy de que en las últimas 24 horas han entrado en Macedonia 4.760 personas registradas como solicitantes de asilo, 2.200 procedentes de Siria, 1.800 de Afganistán y 760 de Irak.

Según cifras de las autoridades griegas, hoy había 3.825 refugiados -de los cuales 1.200 no proceden de los tres países a los que se les permite la entrada- a la espera de poder atravesar la frontera para pasar a Serbia y continuar su periplo hacia los países del centro y norte de Europa.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, visita mañana Skopje para mantener reuniones con el presidente macedonio, Gjorge Ivanov, y con el primer ministro, Nikola Gruevski, sobre esta crisis.