Impactados por los recientes atentados de París, los líderes del G20 prometieron hoy en Antalya (Turquía) enfrentarse unidos al terrorismo, aunque se evidenciaron fisuras en cuanto a la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico.

Al final de la décima cumbre del G20, los presidentes y jefes de Estado aseguran en un comunicado conjunto que intensificarán la gestión de fronteras, atacarán las fuentes de financiación de las redes terroristas y mejorarán su cooperación en la seguridad aérea.

También se muestran preocupados por el fenómeno de los ''combatientes terroristas extranjeros'', en gran parte ciudadanos europeos que acuden a Siria para luchar en las filas del Daesh (acrónimo árabe del EI), un flujo que califican de "creciente" y prometen impedir.

Al margen de esta declaración, el presidente ruso, Vladimir Putin, destacó hoy, en rueda de prensa poco antes de abandonar la cumbre, que la financiación del Daesh "proviene de 40 países, entre ellos varios países del G20", y, aunque no dio más detalles al respecto, parecía referirse a Arabia Saudí o la propia Turquía, acusados en el pasado de complicidad con los yihadistas.

Putin resaltó asimismo que, tras negarse a cooperar con Rusia en la lucha contra el extremismo islámico en Siria, todos los países, incluido Estados Unidos, se están concienciando ahora de que al terrorismo sólo se le puede combatir entre todos los países.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, manifestó que enviar a decenas de miles de tropas terrestres a Siria sería "un error" e insistió en su actual estrategia para acabar con el EI, que, según destacó, "será exitosa, aunque tardará tiempo".

Tras los atentados de París, donde el pasado viernes murieron casi 130 personas y que se ha atribuido el Daesh, ha crecido la presión para acabar con la amenaza de los terroristas yihadistas.

En cuanto a la crisis de los refugiados, que varios mandatarios insistieron en desvincular de la amenaza terrorista global, el G20 hizo un llamamiento a compartir esa carga entre todos los países.

"Nos comprometemos a aumentar aún más nuestro esfuerzo para ofrecer protección y ayuda a la cantidad sin precedentes de refugiados y desplazados internos en varias partes del mundo", señala el documento del G20.

La inclusión de los refugiados en el comunicado final de la cumbre, un foro habitualmente económico, está considerada un éxito para los países europeos que soportan el mayor impacto de la crisis migratoria.

Obama, por su parte, recordó que los refugiados huyen del terrorismo y que, pese a la necesidad de aumentar los controles de seguridad, negarles el acceso sería "violar los valores" de la comunidad internacional.

"Tenemos que recordar que muchos de los refugiados son ellos mismos víctimas del terrorismo, por eso huyen. Cerrarles la puerta en sus caras sería una traición a nuestros valores", manifestó el presidente estadounidense.

Obama elogió en ese sentido la postura de la canciller federal alemana, Angela Merkel, quien defiende la recepción a gran escala de refugiados de guerra en su país.

"En Europa, gente como Angela Merkel ha adoptado una posición muy clara al decir que es nuestra obligación moral ayudar a seres humanos que están en esa terrible situación", dijo Obama, al reconocer que EEUU también debe aportar su parte en esa tarea.

Merkel, a su vez, aprovechó el foro de Antalya para anunciar hoy que el próximo 4 de febrero se celebrará en Londres una conferencia para abordar la asistencia humanitaria a los refugiados sirios.

La guerra de Siria dura más de cuatro años y medio y ha causado hasta ahora unos 250.000 muertos, cientos de miles de heridos y millones de desplazados y refugiados.

Con el trasfondo del drama sirio, el documento del G20 subraya la "importancia de las soluciones políticas en los conflictos".

Pero más allá de las palabras de este comunicado, las grandes potencias siguen sin hacer avances nítidos hacia una solución dialogada a la guerra en Siria.

Una reunión entre Obama y Putin, que inicialmente no estaba prevista durante esta cumbre, terminó ayer sin resultados concretos, aunque con el compromiso de seguir adelante con la hoja de ruta hacia una transición política en el país árabe.

Mientras que Washington dijo que el encuentro fue "constructivo" Moscú advirtió de "divergencias" sobre la táctica para acabar con el Daesh en Siria, considerado indispensable para que una transición pueda ser exitosa en ese país.