La red de pederastia descubierta en agosto en Pakistán estaba formada por 17 personas que han sido identificadas y abusó de 19 menores, una cifra muy inferior a las estimaciones inicialmente manejadas, según la investigación.

"El número de videoclips suministrado por todas las partes es de 47 y las imágenes 72, muchas de ellas de los propios vídeos; por tanto, las cifras de 284 y 400 clips que inicialmente fueron dadas en los medios son erróneas", indicó el informe del equipo investigador facilitado hoy por fuentes de la Policía de Punyab (este de Pakistán) a Efe.

En agosto pasado, la conmoción se adueñó de Pakistán al salir a la luz pública el escándalo de esta red en la aldea de Ganda Singh Wala, en Punyab, después de que las autoridades se incautaran de 30 vídeos con imágenes de abusos a menores.

Medios locales hablaron entonces de 400 grabaciones, 280 niños víctimas de abusos y al menos 25 denunciados.

"A la conclusión de la investigación, 19 víctimas de vídeos de abusos/pornográficos de menores han sido identificadas", señaló el documento y precisó que el número total de casos de abusos es 25.

Se identificó, además, el caso de una mujer que fue objeto de chantaje sexual y abusos por parte de otras tres personas.

De acuerdo con la investigación, el principal acusado de la red de pederastia, identificado como Haseem Aamer, empezó hace más de seis años con los abusos contra un joven de la aldea al que forzó y grabó con un teléfono, para luego continuar sometiéndolo a violencia bajo amenaza de chantaje, una mecánica que repitió en otros casos.

Aamer lideraba una banda de varios miembros, algunos de ellos menores, que atrajeron al grupo a otros niños y adolescentes, según los investigadores.

"Todas las víctimas fueron o forzadas físicamente (...) o engañadas con pequeños regalos que podían ir desde una comida decente a un teléfono móvil (celular)", indicaron, al subrayar que en estos últimos casos "eran víctimas de abusos sin darse cuenta".

La investigación también desveló que la Policía de la aldea tuvo conocimiento del caso por primera vez en octubre de 2014, cuando dos agentes supieron de la existencia de uno de los vídeos, pero el caso se cerró a cambio de un "pequeño soborno".

Las conclusiones del equipo investigador serán presentadas el lunes ante el tribunal de Punyab encargado del caso, que sensibilizó a todo el país y llevó al Gobierno paquistaní a asegurar que utilizaría leyes antiterroristas contra los culpables.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) calificó entonces de "horrible" este caso y reclamó protección para los menores afectados y sus familias.

Las denuncias de abusos a menores son infrecuentes en Pakistán, por miedo a represalias y al estigma social que conllevan y, cuando se producen, suelen ir acompañadas de críticas por la pasividad de las autoridades.