La ola de calor que invade muchos lugares del país ha provocado que se dispare el consumo de aire acondicionado, un bien muy preciado estos días pero que puede tener consecuencias para la salud si la instalación y el aparato no están en las debidas condiciones o si la corriente de frío apunta directamente al cuerpo.

Desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), la doctora Carmen Riego explica que es "fundamental" que el sistema de aire acondicionado de un edificio se haga acorde con la normativa vigente y advierte de que un mal mantenimiento puede conllevar el almacenamiento de gérmenes.

El aire frío del aparato de por sí no supone un peligro para la salud respiratoria de las personas sanas, defiende Riego, sino que son los gérmenes que puedan estar acumulados en el mismo los que entrañan "el verdadero riesgo para la salud".

Entre las enfermedades que se pueden propagar por el mal mantenimiento de estos equipos y la suciedad que se incrusta en ellos se encuentra la legionelosis, una enfermedad pulmonar que resurge cada verano ante la proliferación de torres de refrigeración, las altas temperaturas y la humedad ambiental elevada.