La nave espacial de carga rusa "Progress M-27M", a la deriva tras fallar en su encuentro con la Estación Espacial Internacional la semana pasada, cayó ayer en el oceáno Pacífico.

Según informó la agencia espacial rusa, Roscosmos, la cápsula, cargada con más de tres toneladas de alimentos, combustible y otros suministros, reingresó en la atmósfera terrestre a las 02:04 GMT, cuando volaba sobre el océano Pacífico central.

Lo previsto es que la mayor parte de la nave espacial se haya desintegrado durante su descenso a alta velocidad a través de la atmósfera, pero pequeñas piezas de la estructura podrían haber sobrevivido y cayendo finalmente en el océano.

El suceso retrasará un mes el regreso a la Tierra de los tripulantes de la Estación Espacial

El carguero fue lanzado el 28 de abril desde un cosmódromo de Kazajstán, pero nunca llegó a la estación. Los controladores en tierra perdieron contacto con la nave espacial poco después de separó de la etapa superior de su cohete Soyuz, unos nueve minutos después del lanzamiento.

El suceso ha retrasado la vuelta a la tierra de los astronautas que se encuentran en la EEI. La tripulación de la nave pilotada "Soyuz TMA-15M", que debía volver a la Tierra desde la estación el próximo jueves, permanecerá en la plataforma hasta el 11 de junio, informó ayer a Interfax una fuente del sector aeroespacial ruso.

"Se ha decidido que el ruso Antón Shkaplerov, la italiana Samantha Cristoforetti y el estadounidense Terry Virts prolonguen su estancia en la EEI por aproximadamente un mes. Su aterrizaje a bordo de la nave "Soyuz TMA-15M" está previsto en Kazajistán el 11 de junio", explicó el experto. Esta decisión obedece a la modificación de todo el gráfico de vuelos de Roscosmos tras el despegue fallido del Progress M-27M.