Desde este viernes y hasta el domingo la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna acogerá la tercera edición de Startup Weekend Tenerife, un punto de encuentro en el que diseñadores gráficos, programadores informáticos y personas que tengan una idea de negocio pueden desarrollar una idea empresarial durante 54 horas. Con las últimas plazas disponibles, repite antes de comenzar el éxito de participación de pasadas ediciones. La ceremonia de clausura, la presentación de proyectos que pueden convertirse en una empresa y la elección de ganadores es toda una promesa que para algunos alienta la burbuja emprendedora.

Leer la noticia de la celebración de un nuevo foro emprendedor puede llevar a pensar que todos son iguales, que existe una burbuja asociada a la tecnología en el que todas las capitales aspiran a ser el Silicon Valley de su región, y la espuma del éxito de una aplicación móvil eleva a los altares a los pioneros que de la noche a la mañana se vuelven ricos. Es una imagen claramente alejada de la realidad. Tras esos titulares que duran un día se esconden meses y años de trabajo, de muchos fracasos y algunos éxitos que permiten construir donde no había nada una nueva realidad. Así nacieron Facebook y Twitter, cuatro años antes de ser conocidos por decenas de millones de personas, pero también Minube.com, que lleva siete años creciendo en el turismo social; BlaBlaCar consiguió 73 millones de inversión en 2014; o CartoDB, que está aportando valor el periodismo de datos en España con 6,3 millones de euros de inversión.

Todos estos proyectos probablemente vivieron 500 años más tarde la experiencia del huevo de Colón en el que sus impulsores tuvieron que sufrir el descreimiento de su idea durante mucho tiempo y solo tras mostrar su viabilidad escucharon que era fácil una vez hecha y vista la hazaña. No hay proyectos que hayan recibido decenas de millones de euros de inversión en Canarias para desarrollar su producto pero sí que hay casos que muestran el éxito del talento en Canarias. A pocos les sonará LightBee, que en 2013 había suscrito un contrato con una empresa brasileña por importe de 5,2 millones de dólares para ahorrar energía utilizando tecnología led; Eniti, que factura en dos continentes, y su fundador, el más joven empresario en la ZEC en 2012; o RenderFlow, prácticamente desconocida para el gran público cuando ya en 2009 planteaba que Tenerife podría ser parte de la industria de la animación. Tres casos que son solo una selección de nombres de empresas que facturan pero que son poco conocidas por el gran público pese a ser parte de esa comunidad ahora llamada emprendedora y antes conocida como pequeños empresarios o autónomos.

El cambio social y cultural que está generando tener un mundo conectado a toque de pantalla es tan vertiginoso que nos obliga a aprender nuevas capacidades que son ineludibles en el mercado profesional de la segunda década del siglo. Ya nadie espera que un trabajo sea sentarse detrás de una mesa y esperar que le den instrucciones. En un mundo líquido en el que todo cambia para adaptarse a las oportunidades, desarrollar una profesión requiere algo más que unas habilidades tecnológicas que hemos aprendido de forma innata. Indefectiblemente, es necesario adquirir otras, como indicó Juan Freire en la Universidad de La Laguna ayer, en su charla "Emprender en la nueva era del fin del trabajo".

Recordó que es necesario aprender cómo las "oportunidades están en todos lados" y la inestabilidad en el entorno laboral "no es algo transitorio, sino intrínseco al nuevo modelo". Un modelo que requiere aprender a colaborar más allá de la impostura obligada en las empresas del siglo XX. Este nuevo mercado requiere también cambiar rápidamente cuando aparecen nuevas oportunidades o desaparecen las existentes, pivotar, aprovechando el conocimiento de la materia y de los profesionales involucrados en un proyecto. Compartir es una de las tareas pendientes en este nuevo mercado profesional. Se comete el error de pensar que una idea vale dinero cuando eso solo lo hace establecer su patente o desarrollarla.

Este último es el objetivo de foros como Startup Weekend. Es innegable que en un lugar como Canarias, con su clima, universidades y gente, hay talento innato que necesita un espacio para encontrarse y crecer en el mundo conectado que presenta unos retos para los que no nos ha preparado la educación que hemos recibido. Condensar la experiencia de un programa que funciona en más de 200 ciudades de todo el mundo, apoyarse en los consejos de expertos que ya han pasado por los mismos problemas que los participantes que quieren desarrollar su idea y entender que el objetivo último es tener un producto en el mercado es parte del éxito de este foro, que permite realizar un aprendizaje que se podrá utilizar durante años en tan solo un fin de semana.

Si el éxito de los participantes se mide en proyectos consolidados podemos ver cómo en Tenerife ha surgido Apps4Speaking, que ya ha lanzado su app beta para aprender inglés; Boncarry.com, presentado en la primera edición, que sigue trabajando en hacer social el transporte de mercancías; GiftApp ha mutado y se ha transformado en testimo.net; Seiku consiguió ser finalista en un concurso internacional de ideas universitarias del espacio latinoamericano organizado por Red Emprendia.

No obstante, el éxito se mide también con otros valores en la carrera de fondo que es la vida profesional. Los que no han ganado o no han conseguido sacar adelante sus proyectos no han perdido, también han ganado. Como José Navarro, cuyo proyecto ganó en la pasada edición. No pudo desarrollarlo pero forma parte de otro que ha sido aceptado por la aceleradora de startups Yuzz, del Banco Santander, recientemente implantada en Tenerife.

También es el caso de otros profesionales, como José Rodríguez, que no forma parte del proyecto con el que participó, pero la experiencia le sirvió, como a otros participantes, para seguir mejorando en una vida profesional que ahora se desarrolla, desgraciadamente, fuera de las Islas. Otros, como Sergio Barroso, se encontraron en SWTenerife en un equipo que acabó con tres personas pero tras cambiar la idea de negocio en diferentes ocasiones obtuvieron uno de los premios. Actualmente es la cabeza visible de Andén Sin Límite, el maker space en el que la impresión 3D, los drones y la informática son la parte más pequeña de los proyectos que desarrollan alrededor de una comunidad que sabe que es posible construir desde Canarias.

No veríamos convertidos en realidad algunos de estos productos nombrados anteriormente si no fuera por foros como Startup Weekend Tenerife. Como el huevo de Colón, alguien tiene que ponerlo de pie encima de la mesa y, aunque aún queda mucho por recorrer en cuanto a atraer inversión a la isla, si no fuera por este tipo de foros que nos ayudan a aprender cómo enfrentarnos a una nueva realidad profesional, ni siquiera tendríamos estos espacios en los que mostrar al mundo conectado el talento que podemos desarrollar en Canarias si se dan las condiciones adecuadas. La formación es la primera de ellas.

Aclaración. El autor de este texto es mentor en esta edición del foro en Tenerife y ha realizado el seguimiento de los proyectos emprendedores desde su primera edición.