En el número 102 de la calle Ismael Domínguez, en Tacoronte, viven angustiados Antonio Méndez Toledo, de 78 años de edad, y Berta Ferreiro Rodríguez, de 79, el matrimonio de ancianos que se enfrenta a una orden judicial de desalojo de su vivienda el próximo día 19, a las 10:00 horas. Antonio, que durante 38 años trabajó fuera de Canarias para poder regresar a su tierra y tener un hogar, tiene claro que el final de su historia puede ser trágico si nadie pone remedio a una gran injusticia: "Si nos echan de nuestra casa, esto termina muy mal".

"Ya se lo dije a EL DÍA hace casi dos años. He aguantado gracias al apoyo de los vecinos y de los medios. Pero si a mí me desalojan y me tiran a la calle, pasarán un día o dos, pero algún asunto raro va a ocurrir. Eso es matemático. No me gustaría que pasara nada, pero ha sido tan grande el atropello que hemos sufrido, que puede llegar el momento en el que tendré que defenderme como pueda", advierte Antonio.

"Si me cierran todas las puertas y todo son contratiempos, si la Justicia va en contra de mí totalmente, aunque tenga razón, ¿entonces qué remedio me queda? ¿a qué me agarro? Ya dudo de todo", reconoce.

"Yo no he matado, no he robado, tengo mis papeles en regla y me he matado a trabajar en el extranjero, en una mina de carbón y en todo lo que he podido. He sufrido mucho para ganar el dinero para comprar mi casa... ¿para que ahora un vecino se la lleve por la cara? Eso sí es verdad que no, no y no -recalca-. La pagué y no debo nada a nadie. A nadie. ¿Por las mentiras de un señor y unos errores judiciales voy a perder mi casa? No, no y no".

"En caso de que me la quiten, no me lo voy a pensar dos veces. Espero que no me echen porque si no, esto va a terminar muy mal", recalca.

Berta Ferreiro, que vive "de los nervios" desde que se puso una nueva fecha para su desalojo, no para de repetir que "nadie" los va a echar de su casa. Sin medir las consecuencias de sus palabras, en la mañana de ayer aseguró en la Ser: "¿Saben lo que quiere la Justicia? Que haya sangre, porque cuando hay sangre se arregla todo. Si la Justicia quiere sangre, la habrá. Se lo digo. Porque esta es mi casa".

Todo empezó hace nueve años, cuando su vecino, Urbano Hernández, los denunció porque, según sostenía, la casa de Antonio y Berta se apoyaba en los cimientos de la suya. Desde entonces, "un cúmulo de mentiras y de errores judiciales", a juicio de Antonio Méndez, "ha terminado en esto". A pesar de los disgustos y de algunas decisiones difíciles de entender, este anciano aún confía en que la justicia no los eche de su casa.

A punto de cumplirse 22 meses desde el último intento de desalojo de su vivienda, el pasado 29 de noviembre de 2012, el Juzgado de Instrucción Número 5 de La Laguna ha fijado una nueva fecha para echarlos a la calle: el próximo día 19, a las diez de la mañana. Solo faltan nueve días.

El pleno del Ayuntamiento de Tacoronte les ha dado su apoyo unánime y esperan contar con informes de técnicos municipales que vuelvan a dejar claro que su casa se hizo primero que la de Urbano y que no se apoya sobre los cimientos de la casa de este vecino. Esa es "la mentira matriz" que ha propiciado que ahora se enfrenten a una nueva orden de desalojo.

El Ayuntamiento de Tacoronte ha pedido también apoyo al Gobierno de Canarias para lograr que el desalojo se aplace al menos hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre la revisión del caso de Antonio y Berta.

Ambos reconocen que se encuentran "fatal" y Antonio es contundente: "Tenemos la mente cerrada por el problema este, que no nos deja comer ni dormir, y nos tiene, con perdón, hechos una mierda".

Este matrimonio nunca ha descansado tranquilo desde que se paralizó el desalojo en noviembre de 2012: "Sabíamos que esto tenía que saltar por algún sitio. Y ya ha saltado".

Vea en su móvil la entrevista a Antonio y Berta de Francisco Mesa y David Hdez. para eldia.es

Mediación política

"No sabemos qué puede pasar, aún confiamos algo en la Justicia, aunque nos cueste mucho trabajo. También confiamos en la mediación del alcalde de Tacoronte (Álvaro Dávila) y de otras personas, a ver si se puede paralizar esto por lo menos hasta que hable el Tribunal Supremo", señala Antonio Méndez. "Al menos que no nos echen a la calle a esperar por el Tribunal Supremo", reclama este vecino de la calle Ismael Domínguez, en Tacoronte. La lucha de la Plataforma Vecinal Yo También Vivo en el 102 ha llegado hasta el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero (CC), que llegó a fotografiarse con el colectivo y con Antonio y Berta el pasado mes de agosto, durante la fiesta de la Patrona de Canarias, en Candelaria. Tanto el colectivo como los afectados han pedido la mediación de Paulino Rivero.