El solo hecho de tener la oportunidad de vender la candidatura pone los nervios de punta y las palpitaciones en su estado más elevado. Hay muchas razones para tenerlos: haber realizado pocas entrevistas, no tener formación en como desenvolverse, saber que se está siendo evaluados, o que puede que esta sea una gran oportunidad. No estar nervioso es misión (casi) imposible.

Existen estrategias que facilitan la disminución de los niveles de nerviosismo y que ayudan a afrontar mucho mejor el miedo.

Preparar la entrevista de trabajo. Una situación de entrevista la controla el entrevistador, pero las respuestas dadas a las preguntas del mismo es algo que tienen que tener controladas los candidatos. Enseñar la entrevista e incluso grabarse, ayudan a disminuir el miedo.

Acudir al lugar de la cita con tiempo y si es necesario, llevar un acompañante (pero no entrar con el). Prevé las situaciones que tienden a generar nervios como no llegar a tiempo o desconocer el lugar de la cita. Todo ello ayudará a no tener contratiempos.

Sustituir los pensamientos negativos por otros más positivos: "Si he podido en otras ocasiones, ¿por qué no voy a poder en ésta?", "Si he llegado hasta la entrevista es porque ya tengo posibilidades, voy a aprovecharlas". Lo que se piensa (componente cognitivo) influye directamente en los sentimientos (componente fisiológico) y en la respuesta que se lleve a cabo (componente conductual).

Aplicar técnicas de respiración comúnmente conocidas como inspirar y espirar varias veces para conseguir la reducción de las palpitaciones, o practicar Yoga, meditación, etc. Todas ellas facilitan mucho el alcanzar niveles de relajación.

Por supuesto, tomar alguna infusión relajante o una pastilla al uso, pero no suelen ser la opción más recomendada. Es mejor superarlo uno mismo.