Miembros de la Policía Local de Candelaria detuvieron a un brigada de la Guardia Civil, que hace años fue comandante del puesto en dicho municipio, como supuesto autor de un delito de atentado a agentes de la autoridad y otro de amenazas de muerte. La agresión a los policías municipales se produjo a raíz de que varias personas que estaban en un bar los avisaran de que el mando del Instituto Armado y su pareja llevaban siete horas bebiendo alcohol en el local a pesar de que tenían con ellos a un bebé de 15 días al que en ese tiempo ni dieron de comer ni asearon. Respecto a la mujer, de 38 años, fue imputada por un delito de maltrato en época de lactancia.

El brigada arrestado, de 50 años, fue identificado como F.J.B.R. y actualmente está destinado en Burgos.

La intervención de los agentes municipales se produjo a las 22:00 horas del pasado martes en un bar situado en la carretera general del Sur (TF-28).

Al parecer, otros clientes del establecimiento consideraron lamentable el evidente estado de embriaguez del funcionario de la Guardia Civil y su pareja, teniendo en cuenta que tenían bajo su responsabilidad a un niño de tan corta edad, y llamaron alarmados a la Policía Local.

Una vez en el bar, los agentes municipales le preguntaron qué sucedía y el mando de la Guardia Civil empezó a increparlos.

Al tratar de identificar al brigada, este se abalanzó sobre uno de los agentes municipales y le propinó un golpe en el pecho. Y al segundo policía local le dio una patada que le provocó una fisura en un dedo de la mano. Además, una vez reducido y detenido, amenazó de muerte a uno de los funcionarios y le avisó de que tenía una pistola. El bebé fue trasladado al centro de salud de Candelaria, donde un médico advirtió de que si el menor llega a estar media hora más sin comer hubiera podido sufrir problemas de salud, incluso irreversibles.