Un tribunal chino condenó hoy a pena de muerte a tres autores del atentado perpetrado en octubre de 2013 en la emblemática plaza de Tiananmen, en el corazón de Pekín, que causó cinco muertos y cuarenta heridos.

Husanjan Wuxur, Yusup Umarniyaz y Yusup Ahmat, tres ciudadanos de la región noroccidental china de Xinjiang, fueron considerados culpables de "organizar y dirigir un grupo terrorista y poner en peligro la seguridad pública", informó la agencia oficial Xinhua.

Otros cinco implicados en el suceso han sido condenados a penas de cárcel que oscilan desde los cinco años de prisión a la cadena perpetua, dependiendo de su grado de vinculación y participación en las actividades terroristas.

El pasado octubre, un todoterreno que portaba la matrícula de la región de Xinjiang se estrelló en Tiananmen, atropelló viandantes a su paso y se incendió a las puertas de la Ciudad Prohibida, lo que causó la muerte de las tres personas que viajaban en el vehículo y la de dos ciudadanos más.

Dos semanas después del suceso, el Gobierno chino acusó al Movimiento Islámico del Turkestán Oriental (ETIM), la más conocida de las organizaciones terroristas que reclaman la independencia de Xinjiang, de perpetrar el ataque ocurrido en el corazón de la capital china.

El suceso en Tiananmen sorprendió por el hecho de que hasta entonces el enfrentamiento entre autoridades china y los movimientos independentistas de Xinjiang se había concentrado dentro de las fronteras de esa región, donde los enfrentamientos entre la etnia han y los uigures -mayoritaria en la zona y de religión musulmana- son habituales.

En el caso de Tiananmen se dio la circunstancia de que los asaltantes atacaron uno de los mayores símbolos del régimen comunista y mostraron su capacidad de actuar en otras zonas del país.

Según el tribunal, los tres condenados a muerte "comenzaron a reclutar miembros en el año 2011 para llevar a cabo atentados y formaron un grupo terrorista" que planeó conjuntamente durante un año el ataque a la capital.

Algunos de ellos incluso viajaron a Pekín, visitaron la plaza de Tiananmen en numerosas ocasiones "para recoger información" y acompañaron a las tres personas que perpetraron el ataque y murieron en el lugar de los hechos.

Se desconoce si apelarán a la decisión del tribunal los condenados, cuya etnia no se detalló pero que por sus nombres probablemente pertenecen al pueblo uigur.

Después del ataque, Pekín reforzó la seguridad en los puntos neurálgicos de las principales ciudades de China y lanzó una dura campaña antiterrorista que por el momento se ha traducido en centenares de detenciones de personas sospechosas de pertenecer a grupos terroristas, la mayoría en Xinjiang.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, China ha sufrido varios atentados en los últimos meses fuera y dentro de la conflictiva región por parte de grupos extremistas, entre los que destacan el de la ciudad de Kunming (suroeste de China), con 33 muertos, y el más reciente en Urumqi, con 39 fallecidos y casi un centenar de heridos.

De hecho, durante los últimos cinco años el número de víctimas relacionadas con enfrentamientos entre las autoridades y estos grupos o por ataques terroristas se sitúa alrededor de 400.

El Gobierno chino suele responsabilizar de los conflictos a grupos terroristas que vincula con fuerzas externas como Al Qaeda, mientras que los grupos uigures en el exilio acusan a Pekín de usar el terrorismo como excusa para reprimir su religión y cultura.

De hecho, aseguran que el aumento de los enfrentamientos étnicos en los últimos meses se debe a la "persistente" vulneración de los derechos humanos de este pueblo por parte de las autoridades chinas.