El Banco Central Europeo (BCE) repartirá a tres millones de establecimientos comerciales y pequeñas empresas de la zona del euro folletos informativos y tarjetas holográficas sobre el nuevo billete de 10 euros.

El BCE informó hoy de que "en el folleto se invita a los establecimientos comerciales y pequeñas empresas a asegurarse de que sus dispositivos de autenticación y máquinas de tratamiento de billetes estén preparados para aceptar el nuevo billete de 10 euros", que se emitirá el 23 de septiembre de 2014.

El Eurosistema enviará en junio folletos informativos a los establecimientos comerciales y pequeñas empresas de toda la zona del euro para "asegurar que quienes manejan efectivo en su trabajo conozcan la apariencia y los elementos de seguridad del nuevo billete y puedan transmitir esta información a sus clientes", añade el BCE.

"En el folleto se recuerda a los profesionales que manejan efectivo el calendario de la puesta en circulación y los pasos que han de seguir para adaptar sus equipos al nuevo billete de 10 euros", según el BCE.

Se puede comprobar fácilmente la autenticidad de los billetes de forma manual utilizando el sencillo método "TOQUE-MIRE-GIRE".

La distribución del folleto ha comenzado hoy en Finlandia y Estonia y llegará a todos los países de la zona del euro antes de final de junio.

El director de Billetes del BCE, Ton Roos declaró que "hemos acometido este esfuerzo a fin de asegurar que la información llegue al mayor número posible de profesionales que manejan efectivo de todos los países de la zona del euro para que puedan prepararse para la llegada del nuevo billete".

El BCE dijo que pueden solicitarse ejemplares del folleto en el sitio web: www.new-euro-banknotes.eu.

El nuevo billete de 10 es de un color rojo más intenso que el primero y su diseño es similar al de la primera serie.

El nuevo billete de 5 euros de la serie Europa se emite desde el 2 de mayo del pasado año por las ventanillas de las entidades de crédito y los cajeros automáticos de toda la zona del euro pero algunas máquinas tuvieron problemas para aceptarlos porque no se había adaptado su sensor de lectura a tiempo.