Unos 200 inmigrantes de origen subsahariano protagonizaron ayer un nuevo intento de entrada masiva a través del perímetro de Melilla y al menos uno de ellos se encaramó a la valla. Según informaron fuentes policiales, el intento de entrada se produjo por la zona norte de la ciudad autónoma, próxima a los Pinares de Rostrogordo y los irregulares, un total de 27, se hicieron fuertes al encaramarse en lo alto de la valla fronteriza.

De estos 27 "ilegales" que llevaban encaramados en lo alto de la valla de Melilla desde las 09:00 horas tras un intento masivo de entrada, no quedaba ninguno después de que sobre las 19:00 horas bajaran los últimos dos que se resistían.

Hasta las 17:00 horas solo permanecieron nueve de ellos, que se resistían a bajar para ser entregados a Marruecos ya que al no superar las dos vallas, no se considera que entraron en España. Pero tras esas horas todos descendieron desde una altura de seis metros y fueron entregados a las fuerzas de seguridad de Marruecos.

La Guardia Civil mantuvo durante todo ese tiempo un amplio dispositivo en la zona por la que a primera horas de la mañana de ayer se produjo el intento de avalancha frustrado, en los Pinares de Rostrogordo, ya que ninguno de ellos logró pasar. Solo en un caso, un inmigrante que sufrió una lipotimia cuando se encontraba en lo alto de la valla, se permitió entrar en Melilla por razones humanitarias, para ser atendido en el Hospital Comarcal.

El intento se registró en la zona cercana a los Pinares de Rostrogordo cuando más de 200 subsaharianos se dirigieron al mismo tiempo hacia la doble valla, primero queriendo superar a las fuerzas de seguridad de Marruecos y posteriormente a las españolas, "pero fueron repelidos" por los militares marroquíes, mientras 25 se subieron a lo más alto del último obstáculo que les quedaba para alcanzar suelo español y dos a una farola.

Sin embargo pasadas las 17:00 horas, 18 de ellos bajaron tras permanecer en algunos casos hasta ocho horas subidos a la alambrada mientras nueve aún se resistieron a descender, pero a las 19:00 horas ya no permaneció ninguno de ellos en esta postura de fuerza.

La Guardia Civil, además de intentarles convencer de que desistieran de su actitud, les proporcionó a lo largo de todas esas horas agua para que no se deshidrataran.

Por último, la prensa que se encontraba en la zona cubriendo en el lugar los hechos fue desalojada cuando aún quedaba uno de ellos en lo más alto de valla, al tratarse de una "zona de seguridad", por ser frontera.

Por otra parte, un total de 61 inmigrantes subsaharianos, entre ellos once mujeres, llegaron ayer al puerto de Málaga desde Melilla como medida para aliviar la situación que vive el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), que sigue muy saturado tras los últimos asaltos a la valla. Además, otro grupo de 27 varones espera a ser trasladado a Madrid.