La reacción a las declaraciones del alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, en las que daba por rotas las relaciones con Santa Cruz de Tenerife tras reconocer que la confianza en el alcalde, José Manuel Bermúdez, se había resentido después de que se descubriera que el padrón de habitantes incluía a 15.000 ciudadanos fantasma no se ha hecho esperar y el propio Bermúdez avisa de que nada de lo que diga o haga Cardona afectará a la ciudad.

"Sus declaraciones son más propias de un alcalde de la edad de piedra que de uno del siglo XXI porque la cantinela y la música del pleito insular la llevamos oyendo en Canarias de manera recurrente desde hace muchos años y la gente ya está cansada de que siempre sea el mismo repertorio. Hoy en día, con la crisis que hay, tanto los vecinos de Las Palmas como los de Santa Cruz lo que demandan a sus alcaldes y a sus dirigentes es que se pongan de acuerdo, que tomen decisiones conjuntas, que intercambien información y ese es el papel que estoy intentando realizar", detallaba ayer por la mañana Bermúdez.

No obstante, el primer edil tinerfeño reconoció que "la ruptura de relaciones por parte de Las Palmas no significa demasiado, porque la ciudad de Santa Cruz está muy por encima del alcalde de Las Palmas y de lo que él diga o haga".

Sorprendido por este ataque, ya que hace dos meses se reunieron y todo fluyó con normalidad, Bermúdez cree que las declaraciones de su homólogo son una cortina de humo.

"Nosotros tenemos nuestro proyecto de ciudad, nuestro proyecto económico y se están dando algunos síntomas de recuperación y me da la impresión de que él quiere desviar la atención de los problemas que tiene en su ciudad. Es una mala práctica y su discurso tiene más que ver con una conveniencia política que con otra cosa porque piensa que quizá así logra desviar los problemas que tiene en casa", insistió.

Preguntado por si está dispuesto a dar algún paso para recuperar la cordialidad asegura: "En las relaciones institucionales yo separo los partidos y no veo un solo motivo que justifique esta reacción. En cualquier caso el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife no rompe relaciones con los vecinos de Las Palmas. Nosotros seguiremos abriéndoles las puertas a los vecinos y manteniendo las mejores relaciones con entidades e instituciones que lo deseen".

Respecto a las consecuencias que este desencuentro puede tener para la capital tinerfeña, el alcalde recuerda que el Estatuto de Capitalidad da una serie de oportunidades para la colaboración.

"Hoy romper relaciones es un despropósito, porque de lo que se trata es de buscar el consenso y tener programas comunes como el que tenemos de turismo, aunque ahora que lo pienso no sé si seguiremos teniéndolo, porque dos no se sientan si uno no quiere".

Sobre que el origen del conflicto argumentado por Cardona hayan sido las supuestas irregularidades en el padrón de habitantes, Bermúdez se defiende recordando: "Soy el que descubre, el que realiza una investigación interna para ver qué es lo que sucede y el que está colaborando con la justicia para que se aclare. Este no es un asunto que se produzca en este mandato. La subida fue en otro, por lo tanto, a mí de poco me puede acusar ni él es nadie para hacerlo. En cualquier caso he encargado una investigación interna en la que la parte política no tiene hueco. Vamos a ver qué es lo que ocurre pero, ¿todo esto qué tiene que ver con romper las relaciones entre ambas capitales? Nada".