La ministra de Fomento, Ana Pastor, y el presidente panameño, Ricardo Martinelli, se reúnen mañana para buscar una solución al conflicto desatado tras el anuncio de paralización de las obras del Canal de Panamá por parte del consorcio que construye su ampliación, liderado por Sacyr.

Durante su visita a Panamá, Pastor mantendrá encuentros con todas las partes implicadas -Gobierno, consorcio y la Autoridad del Canal- para "ayudar y mediar" en la búsqueda de una solución que permita "alcanzar un acuerdo" que satisfaga a todas las partes.

El conflicto se abrió el pasado 30 de diciembre cuando el consorcio que construye la ampliación del Canal de Panamá, GUPC -integrado por Sacyr, la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña CUSA-, amenazó con paralizar las obras si no se le reconocía un sobrecoste de unos 1.600 millones de dólares (1.168 millones de euros).

Desde entonces se han multiplicado las voces y los argumentos cruzados respecto a las circunstancias que rodean esta obra de ingeniería, considerada una de las mayores del mundo.

Así, mientras el consorcio defiende que los trabajos se han encarecido debido a la existencia de fallas geológicas no previstas en los estudios de licitación del proyecto, la Autoridad del Canal asegura que el sobrecoste demandado no está justificado y que su único objetivo es engrosar el contrato.

El consorcio critica que carece de liquidez para continuar con los trabajos, a lo que la Autoridad responde que ha pagado "religiosamente".

Pese a las desavenencias, las vías de resolución permanecen abiertas: el consorcio insiste en negociar con la Autoridad y esta se muestra dispuesta a reconocer parte del sobrecoste, siempre que este esté suficientemente justificado.

Al margen de estas negociaciones, cuyo avance se desconoce, se ha abierto una vía política después de que Martinelli anunciara un viaje a España e Italia para exigir a sus Gobiernos que las empresas cumplan el contrato.

La respuesta por parte del Gobierno español es la visita de Pastor mañana y sus tres encuentros previstos: en primer lugar, con los responsables del consorcio; en segundo, con Martinelli, y en tercero, con el ministro para Asuntos del Canal y el administrador del Canal.

Al margen del resultado de este viaje, las autoridades panameñas insisten en que las obras de ampliación del Canal de Panamá se terminarán en cualquier caso, aunque esto implique retrasos.

El contrato está protegido por una aseguradora, de manera que si finalmente el consorcio no concluye los trabajos, la propia Autoridad podrá asumirlos o adjudicarlos a otra compañía.

Las obras de ampliación del Canal de Panamá comenzaron en 2007 y se prevé que estén listas en junio de 2015, nueve meses después de lo estipulado en el contrato.

El programa de ampliación del Canal registra un avance del 72 %, mientras que el de la construcción del nuevo juego de nuevas esclusas es de un 65 %

El GUPC se adjudicó el proyecto de ampliación por un valor de 5.250 millones de dólares (unos 4.032 millones de euros), la oferta más barata, de los cuales 3.118 millones (unos 2.278 millones) corresponden al contrato para la construcción de las nuevas esclusas.

Ya en 2012 el consorcio reclamó 585 millones de dólares (428 millones de euros) por problemas con la mezcla de cemento, lo que fue rechazado por la Autoridad.

Además, el pasado mes de diciembre, el consorcio presentó otra reclamación por 850 millones de dólares (622 millones de euros), que todavía no se ha resuelto.