La impresión de euros, en billetes de cinco y de diez, absorbe más del setenta por ciento del papel que la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) produce en su planta de Burgos, ha explicado este sábado el director de esta instalación, Antonio Olmos.

La FNMT elabora en Burgos cada año 2.000 toneladas de papel, lo que equivale a 2.000 millones de billetes , de los cuales el cuarenta por ciento se destina a la planta de impresión existente en Madrid y que imprime euros para el Banco de España.

Aunque el papel para imprimir euros tiene unos requisitos de seguridad que hacen que su fabricación sea "especialmente compleja", la factoría de Burgos "tiene la experiencia y los medios para elaborarlo con muy buena calidad", ha explicado Olmos.

Ese mismo papel se destina también con frecuencia a talleres de impresión de euros de otros países, sobre todo Portugal, Italia, Bélgica, Irlanda y Grecia, a donde va a parar aproximadamente otro cuarenta por ciento de la producción.

El resto del papel para billetes que se genera en Burgos se destina a la participación en licitaciones de bancos centrales de otros países para imprimir sus propios billetes.

Aunque los clientes externos son variables, Olmos ha afirmado que entre los más habituales figuran los bancos centrales de Colombia, México, Argentina, Indonesia, Nigeria, Bangladesh, Filipinas y Turquía.

El director ha reconocido que la incorporación de nuevos países a la Unión Europea y su inclusión en la red del euro puede suponer que el Banco Central Europeo homologue alguna planta de papel de países del este de Europa para elaborar papel de euros, lo que aumentaría la competencia sobre otras como la de Burgos.

Sin embargo, ha considerado que esos países tienen un nivel tecnológico inferior a España, por lo que "no deberían suponer un problema serio de competencia".

De hecho, la fabrica de Burgos, que depende del Ministerio de Hacienda, lleva varios años efectuando un esfuerzo de modernización con una media de más de cinco millones de euros anuales de inversión.

El año pasado acometió una inversión algo superior, de más de ocho millones de euros para comprar dos nuevas máquinas específicas para el papel de euros.

Entre ellas se encuentra una que aún no está instalada y que sustituirá a la adquirida en 1995, precisamente para que estuviera lista para el lanzamiento del euro.

También se encuentra en estudio la compra de la máquina principal de la planta, con un coste de unos veintiocho millones de euros y un plazo de instalación de tres años, aunque "todavía no se ha decidido el momento de la adquisición, a la espera de conocer la nueva normativa para elaborar papel euro que emitirá el Banco Central Europeo", ha precisado Olmos.

Pese a las importantes inversiones de los últimos años, ha asegurado que la planta de Burgos tiene beneficios después de impuestos, por lo que no cuesta dinero al Estado, se actualiza con sus propios fondos y aporta tanto impuestos como beneficio económico directo.

Está instalada en una parcela de 52.000 metros cuadrados, de los que 18.000 están construidos, y cuenta en este momento con una plantilla de 165 trabajadores.