El PP mantiene que en su grupo parlamentario no hay fisuras ante la reforma de la ley del aborto, pero el PSOE está convencido de que muchos de sus diputados están "avergonzados" y por ello le ha retado a que se pueda votar en secreto su retirada urgente e inmediata en un pleno extraordinario en enero.

Los dos partidos, el PP y el PSOE, se cruzaron ayer declaraciones sobre la reforma de la ley del aborto, que fue criticada por los socialistas, pero también por el grupo parlamentario de IU-ICV-EUiA-CHA por considerarla, en palabras de Gaspar Llamazares, "cavernaria, oscurantista e inquisitorial".

Una opinión que hizo al PSOE e IU pedir una reunión inmediata de la Diputación Permanente para que acuerde la comparecencia en el Congreso de los ministros de Justicia y Sanidad, Alberto Ruiz Gallardón y Ana Mato, respectivamente, para que expliquen este anteproyecto que, a su juicio, es más propio de la época anterior a la democracia.

Además, el PSOE pidió también que comparezca en el Congreso antes de febrero la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, bajo cuya presidencia del Consejo de Ministros se aprobó este "vergonzoso" anteproyecto, según fijo la portavoz parlamentaria socialista, Soraya Rodríguez.

No son de la misma opinión en las filas del PP, según el secretario general del grupo popular en el Congreso, José Antonio Bermúdez de Castro. "No va a haber fisuras" a la hora de apoyar la reforma de la ley del aborto, porque el partido tiene una "posición clara" que plasmó en su programa electoral, según aseguró Bermúdez de Castro en declaraciones a los periodistas en el Congreso.

De esta forma, descartó que vaya a haber parlamentarios populares que no apoyen esta reforma. Incluso aseguró que los diputados del PP "siempre votan libremente" aunque, añadió, "en coherencia con lo que defiende" el programa del partido.

La posición de los populares sobre el aborto "es clara" y así se plasmó en congresos y en los órganos de decisión que aprobaron el programa, insistió el secretario general del grupo, quien también aseguró que no hay temor a que vaya a haber diputados que rompan la disciplina de voto.

Sin embargo, en el PSOE no lo tienen tan claro y por eso, tal y como precisó Soraya Rodríguez, su grupo parlamentario registró ayer en el Congreso una proposición no de ley para que se celebre en este mismo mes un pleno extraordinario, en el que se aborde la retirada del anteproyecto y en el que el voto de los diputados sea secreto. Al hilo de lo anterior, invitó a presidentes autonómicos como José Antonio Monago, que se ha manifestado en contra de la reforma, a reunirse con los diputados de sus circunscripciones para emplazarles a oponerse a la iniciativa. Los socialistas creen que "mucha gente" en el PP no comparte el citado anteproyecto.