Despedimos hoy un año infausto por culpa del colonialismo y del necio político que está al frente del Gobierno de Canarias. Lo está no porque haya ganado las elecciones sino por una de las tretas a las que nos tiene acostumbrados. Solo con este hecho se demuestra que España -y lo mismo ocurre en su vil colonia canaria- es un país que marcha al revés. Es como ese juego en el que gana quien pierde y pierde quien gana. Esperamos que 2014 sea un año antesala del 2015; el prólogo de una etapa en la que los "nacionalistas" canarios asuman la misión que les corresponde. Confiamos que a lo largo de 2014 los patriotas que militan en Coalición Canaria expulsen de sus filas a Paulino Rivero, a la falsa política de su esposa -un ave exótica y dañina quiere arreglar con saludos cariñosos unas maldades que ya no tienen arreglo- y a todos los compinches que pululan a su alrededor y que han contribuido igualmente a que el pueblo canario esté hundido en la más negra de las miserias posibles.

e igual forma, le pedimos al año 2014 un poco de luz sobre lo que ocurrió con las antaño buenísimas relaciones entre Canarias y Venezuela. En nuestro Archipiélago siempre consideramos a ese país como la Octava Isla. Una expresión que acuñó Ernesto Salcedo; periodista culto, preparado y con grandes inquietudes canarias pese a no ser isleño. Queremos una explicación porque Paulino Rivero sigue estando mal visto en Venezuela. Tanto es así, que está declarado persona no grata. ¿Por qué Rivero es una persona políticamente indeseable en la mencionada república hermana y no lo es en Canarias, a pesar de las muchas fechorías políticas que ha cometido en su propia tierra?

Los desafueros de Rivero son muy numerosos. El presidente regional los quiere ocultar de una forma indignante recurriendo a la Justicia. La demanda enésima contra EL ÍA y su editor es una prueba de ello. Ahora no porque la Justicia se ensañaría con nosotros, pero en el futuro volveremos a publicar las acciones que ejerció la esposa del presidente del Gobierno regional -acciones totalmente contrarias a la ética periodística- para evitar que este periódico informase a sus lectores de unos hechos que merecen una explicación para disipar dudas que no favorecen la respetabilidad de las instituciones, pues cuestionan para ejercer un cargo político a quienes están al frente de ellas. Volveremos, insistimos, a informar de este asunto incluso en primera página porque este caso es un ejemplo de que algunos jueces -o juezas- pueden actuar a veces de forma injusta. Es un ejemplo también de la autocracia de determinados gobernantes que se creen con poderes hasta el punto de considerarse virreyes o virreinas.

Por otra parte, acabamos de leer el asunto que se trae entre manos la isla Mayotte, única del archipiélago de las Comoras que siguió unida a Francia tras la independencia de las demás. A partir de mañana, 1 de enero de 2014, Mayotte se convertirá en una región ultraperiférica de la Unión Europea. Estamos ante otra de las absurdas situaciones que propicia un colonialismo decimonónico cuyos restos se extienden hasta nuestros días. La isla Mayotte no le pertenece a Francia, que es un país europeo y situado en Europa; le pertenece a África al estar situada en el canal de Mozambique. Por su posición geográfica no hay duda de que es una colonia, como lo eran todas las Comoras y los territorios que conserva Francia en el Caribe y en el Índico.

El año 2014 puede ser, lo reiteramos, la antesala de la libertad para Canarias. Hemos señalado otras fechas y tocado campanas de gloria, aunque al final, desgraciadamente para los isleños, no ha sido así. No lo ha sido porque España se agarra con fuerza a la teta canaria. España oprime a los miserables que vivimos en estas Islas, entendiendo como tales a las empresas, las familias y los ciudadanos considerados individualmente. A todos los exprime como a un limón la Hacienda española. Todos los estamentos de Canarias que dependen de España están en una situación miserable o al borde de la pobreza más alarmante. Todos salvo uno que se defiende con dignidad: las Fuerzas Armadas españolas, que nunca dispararán contra el pueblo. Ni siquiera lo harán si se produce un levantamiento, que ya se barrunta. Los temblores previos al gran terremoto social que se avecina. Pronto caerán las instituciones del estado español en Canarias como se vienen abajo los edificios cuando se produce un gran sismo.

En el año 2015, que es un número bonito, han de estar en marcha las conversaciones para que Canarias de forma pacífica, como queremos que sea, haya recuperado su autonomía real, no la falsa autonomía que utiliza España para disfrazar su sometimiento colonial. Recursos derivados de su subsuelo, de sus aguas, de su cielo, de su posición geográfica y estratégica. Todo esto tiene que ser de los canarios.

El domingo publicábamos que la Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife, Fepeco, está detectando un aumento en la ejecución de pequeñas obras de reforma y rehabilitación, que parece marcar un cambio de tendencia. No obstante, el gerente de esta asociación empresarial, Oscar Izquierdo, señala que hay un notable aumento de la economía sumergida relacionada con estas actividades. La economía sumergida es el porvenir de Canarias por culpa de la Hacienda española. Es decir, como citábamos al principio de este editorial, por culpa del colonialismo y de la necedad del aborigen que está al frente del Ejecutivo autonómico. La solución es que desaparezcan el necio político y los inútiles de sus secuaces, y que nos quitemos de encima el yugo colonial. Canarias, y desafiamos a quien sea a que nos demuestre lo contrario con hechos, ya no tiene recuperación posible. Nuestra única posibilidad de futuro es recobrar nuestra libertad y dotarnos de una Constitución y unas leyes propias. Necesitamos leyes que se adapten a las necesidades de estas Islas y que sean aplicadas por jueces con idiosincrasia canaria. Sin embargo, la Justicia no puede gobernar aunque sea justa.

Repetimos un día más que sin independencia no se creará ni un solo puesto de trabajo. A Canarias la ha desgraciado España -lo cual ha sido siempre su propósito- y Paulino Rivero. Y aquí un aviso, que no una advertencia, porque no somos nadie para advertir: no somos separatistas de España porque nunca hemos sido parte de España. No nacimos gemelos y mellizos de los españoles; nacimos canarios, aunque este Archipiélago lleve casi seis siglos esclavizado colonialmente por los españoles.

Acabamos con un apunte de uno de nuestros colaboradores, cual es Juan Jesús Ayala. Un nacionalista al que siempre hemos calificado como abstracto. Sin embargo, en su artículo de ayer ha sido más concreto y por eso lo traemos a estas líneas. Lo ha sido al escribir "aquí los nacionalistas canarios andamos por otros derroteros y son otras las cuestiones que nos ocupan. Y no hay peor referencia para saber que pretensiones se tienen cuando lo que existe es flirteo, componendas, atomismo, y discursos que se desmarcan del institucional, y con ello me refiero a aquellos nacionalistas que no cesan en denominarse de izquierdas, progresistas y no se sabe cuántas cosas más, eludiendo que la meta del nacionalismo es la construcción de un territorio como nación". Tiene usted razón, don Juan Jesús; toda la razón del mundo. A ver si le hacen caso sus compañeros nacionalistas.