El Gobierno de Japón aprobó este jueves un nuevo paquete de estímulo por valor de 18,6 billones de yenes (133.000 millones de euros) como parte de su estrategia para sacar al país de la deflación.

El cuantioso paquete, con el que el Ejecutivo también pretende amortiguar el efecto en la economía nipona de la primera subida del IVA en más de 15 años el próximo abril, incluye sin embargo partidas anteriormente presupuestadas.

La partida destina por ejemplo 5,5 billones de yenes (39.500 millones de euros) a los trabajos de reconstrucción de las zonas afectadas por el tsunami y terremoto de 2011 y a nuevas infraestructuras para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

El Gobierno del conservador Shinzo Abe ha decidido poner en marcha medidas que tengan un efecto inmediato, como obras públicas, y estima que el nuevo paquete creará al menos 250.000 empleos y elevará el Producto Interior Bruto (PIB) un 1 por ciento en términos reales.

Para llevar a cabo estas medidas y sufragar este paquete, se espera que se apruebe alrededor del 12 de diciembre un presupuesto extra para el actual año fiscal que termina en marzo de 2014, según la agencia Kyodo.

De acuerdo con este último paquete de estímulo, 1,4 billones de yenes (10.000 millones de euros) se dedicarán a impulsar la competitividad industrial, incluidos subsidios para animar a la inversión por parte de pequeñas empresas.

Unos 600.000 millones de yenes (4.300 millones de euros) se destinará a ayudas para personas con rentas bajas, al cargo de niños o compradores de nueva vivienda, así como 300.000 millones de yenes (2.150 millones de euros) para medidas que impulsen el empleo de mujeres, jóvenes y los más mayores.

Además, el Gobierno destinará además 3,1 billones de yenes (22.800 millones de euros) a la asistencia de los evacuados por la crisis nuclear de la central de Fukushima.

Este paquete forma parte de la estrategia de crecimiento liderada por Abe desde su llegada al poder el pasado diciembre, que consiste en agresivas medidas de estímulo y de flexibilización monetaria por parte del Banco de Japón.

El Ejecutivo nipón ratificó además el pasado octubre una subida de impuestos sobre el consumo desde el 5 al 8 por ciento con el objetivo de "mantener la confianza en la política fiscal de Japón y establecer un sistema de seguridad social que sea sostenible para las generaciones futuras".