Las autoridades kenianas han decomisado en el puerto de Mombasa (sureste) casi cuatro toneladas de marfil oculto en bolsas de semillas de sésamo destinadas a Turquía, informó hoy el Servicio de Conservación de la Flora y Fauna de Kenia (KWS).

Más de mil piezas de marfil con un peso de dos toneladas fueron interceptadas este martes, mientras que 686 piezas con un peso de 1,9 toneladas fueron descubiertas el pasado viernes en varios contenedores.

La mercancía llegó al puerto de Mombasa, el más importante de África Oriental, por ferrocarril procedente de Uganda.

El director del KWS, Arthur Tudor, afirmó que los análisis genéticos aclararán el origen del marfil, del que no se divulgó su posible valor en el mercado negro.

"No podemos decir de dónde proceden las piezas de marfil hasta que efectuemos análisis de ADN para determinar a qué población de elefantes pertenecen", señaló el director, citado por la emisora de radio keniana Capital FM.

"Queremos garantizar -subrayó Tudor- que nuestro puerto no se use como punto de tránsito del marfil. Hemos intensificado la guerra contra los cazadores furtivos para eliminar el comercio de marfil, que amenaza a la población de elefantes en el país y en la región".

No es la primera vez este año que las autoridades kenianas requisan ese tipo de material en el puerto de Mombasa, ya que más de tres toneladas de marfil que tenías como destino Malasia fueron confiscadas en julio pasado.

La caza furtiva de elefantes y rinocerontes es habitual en países que albergan un gran número de estos animales, como Sudáfrica, Kenia o Camerún.

Algunos de estos mamíferos están en peligro de extinción debido a la presión de los furtivos para arrancar sus cuernos y colmillos, a los que atribuyen propiedades medicinales y afrodisíacas en países de Asia, destino de muchos de estos cargamentos ilegales.