La Asamblea Nacional francesa debate desde hoy y durante toda la semana el proyecto de ley de la nueva reforma de la jubilación, que prevé aumentar el período de cotización y que deberá votarse el 15 de octubre para pasar después al Senado.

Se trata de la primera reforma del sistema de pensiones francés impulsada por un Gobierno de izquierdas y no modificará, en principio, la edad mínima de jubilación de 62 años, sino que aumentará progresivamente los años de cotización hasta los 43, frente a los 41,5 años actuales, según la línea trazada el pasado junio por el presidente de Francia, el socialista François Hollande.

Además, la reforma que defenderá ante los diputados la ministra de Asuntos Sociales y Sanidad, Marisol Touraine, tendrá en cuenta la dureza de algunos empleos para aligerar sus años de cotización y se contabilizará como trabajado el tiempo laboral de formación pasado como becario en una empresa.

Con este proyecto de ley, el Gobierno socialista del primer ministro, Jean-Marc Ayrault, busca corregir a partir de 2020 y hasta 2040 el déficit general del sistema, calculado actualmente en 7.600 millones de euros.

Los socialistas contarán con una doble oposición pues la derecha juzga tibia la reforma y la izquierda cree que va demasiado lejos.

La conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) entiende que la reforma no va suficientemente lejos y aboga por retrasar la edad mínima legal de jubilación hasta los 65 años en 2023.

Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los franceses se jubilan de media a los 58,7 años los hombres y a 59,5 años las mujeres, por debajo de los 63,5 y 62,3 años, respectivamente, a los que se retiran los trabajadores del resto de países de esa organización.

El Frente de Izquierdas, por su parte, sostiene que aumentar los años de cotización obliga, de facto, a retrasar la edad a la que los asalariados podrán jubilarse. Ese partido pedirá que parte de las pensiones se financien con impuestos a los ingresos financieros.

El partido ecologista EELV, que forma parte de la coalición de Gobierno, podría abstenerse al considerar que el proyecto de ley no va suficientemente lejos en términos de igualdad entre hombres y mujeres.

Aunque ocho de cada diez franceses se dicen "inquietos" por sus pensiones, según un reciente sondeo, los sindicatos que se oponen al proyecto legal no esperan movilizaciones masivas como las registradas para intentar frenar la última reforma del sistema, aprobada en 2010 bajo presidencia del conservador Nicolas Sarkozy.

No obstante, las plataformas de trabajadores CGT, FO, FSU y Solidaires han convocado una protesta frente a la Asamblea Nacional el próximo 15 de octubre, el día de la votación del texto, y antes, el 10 de octubre, ante el Ministerio de Trabajo.

El proyecto de ley que voten los diputados pasará después al Senado, donde será examinado a partir del 28 de octubre.