La grave crisis económica que atraviesa Irlanda, rescatada hace tres años, y la mala imagen de la clase política pueden decantar la balanza a favor del Gobierno y animar al electorado a aceptar en un referéndum la eliminación del Senado. Unos tres millones de irlandeses estaban llamados ayer a las urnas para pronunciarse entre las 06.00 y las 21.00 GMT sobre la supresión de la Cámara Alta, propuesta por el Ejecutivo de coalición como una de las reformas políticas más ambiciosas en la historia del país. Irlanda, con 4,6 millones de habitantes, es el primer país europeo que consulta a su ciudadanía la abolición de la Cámara Alta.