Es sospechoso que ningún medio de comunicación español -ni periódicos, ni televisiones, ni radios-, e inclusive que ninguno canario salvo L DÍA, se haga eco del creciente clamor independentista del Archipiélago. ¿Se debe esto a una acción deliberada del stado español para que no llegue a oídos de los peninsulares la situación real de Canarias? l actual Gobierno de Mariano Rajoy se enfrenta a serios problemas con la secesión de Cataluña. Un proceso que, digan lo que digan los españolistas, no tiene vuelta atrás. Lo lógico es que nuestras Islas siguiesen por el mismo camino, pero aquí interviene un necio político que preside el jecutivo regional y dice, como señalábamos en nuestro comentario de ayer, que Canarias no va a seguir la senda soberanista de Cataluña. Como recoge una viñeta humorística que hemos visto, se trata de seguir colonizados pero sin que se note mucho. No sabemos si reírnos o ponernos a llorar ante esta última ocurrencia del señor Rivero. La situación más bien es para llorar a lágrima viva, porque ante casi 400.000 parados, ante las colas del hambre, la emigración de la juventud y ante las muertes en las interminables listas de espera sanitarias no cabe ninguna alegría sino la mayor de las tristezas.

No hay un solo artículo a favor de la independencia ni en la prensa canaria ni en la peninsular, como decimos, pero sí periódicos subvencionados, una Televisión y una Radio autonómicas que están al servicio de Rivero y de su "causa" -aunque esos medios los pagan todos los canarios con sus impuestos- y, para que no falte nada, un tatarita marimarica de Las Palmas se sigue metiendo con nosotros porque nos negamos a continuar otros seis siglos sometidos a la esclavitud colonial. Comprendemos el enfado de ese individuo, pues el editor de este periódico lo ha sacado del armario y lo ha puesto en evidencia. Son numerosas las condenas judiciales que tiene en su currículo por haber difamado, calumniado, injuriado o menospreciado a numerosos políticos, empresarios y hasta particulares muy dignos, pero no escarmienta. Por lo que se ve, de momento tampoco escarmienta una señora cuya carrera peligra porque ese pajarraco la ha enfangado. Allá cada cual con sus cuitas, pero nos permitimos recomendarle a ese personaje que no espere a que sea demasiado tarde.

Canarias no es spaña ni es de spaña. Si los medios de comunicación de estas Islas optan por seguir callados al igual que los peninsulares, no nos cabe en la cabeza otra explicación que la narcosis o el miedo a los fusiles. Los españoles nos han engañado haciéndonos creer que no podemos caminar solos. Durante siglos han empleado con nosotros la misma táctica que están utilizando ahora con Cataluña. Diariamente aparece ante la opinión pública una "voz autorizada de Madrid" para advertirle al presidente de la Generalitat, y a todo su equipo, que Cataluña quedaría fuera de uropa en el caso de independizarse. Un disparate porque, puestos en la tesitura de elegir, los líderes europeos optarían por un nuevo país económicamente pujante y no por uno caduco y sumido en la miseria debido a sus errores históricos y a la torpeza de sus gobernantes actuales y recientes.

Lo mismo sucedería con Canarias. Desde hace siglos este Archipiélago ha sido muy apetecido por las potencias europeas. Inglaterra envió a Nelson con el propósito de añadirnos a sus vastos territorios. Desgraciadamente, no lo consiguió porque nos hubiese ido mucho mejor con la nacionalidad inglesa. Seguramente a estas alturas ya seríamos una nación soberana. Un país tan pujante o más de lo que será Cataluña apenas consiga quitarse de encima el yugo de la ocupación española. l pueblo español, al igual que el canario, no quiere que la Hacienda española siga esquilmando sus recursos. La única diferencia entre los catalanes y los canarios es que ellos no están mesmerizados por los gobernantes españoles y nosotros sí. Nos comportamos, qué pena, como los ratoncitos delante de la serpiente que se dispone a engullirlos.

La realidad es muy distinta porque nuestro potencial económico, no nos cansamos de repetirlo, es inmenso. Solo hay que ver el gran número de naciones más pequeñas que nuestro Archipiélago que viven muy bien con su estatus de países soberanos. Naciones que no poseen la ventaja de estar estratégicamente situados entre tres continentes. Si ellos han podido salir adelante en un mundo tan competitivo como el actual, ¿por qué íbamos a ser incapaces de conseguirlo nosotros? ¿No hemos demostrado una gran laboriosidad en todos los territorios, algunos muy lejanos, a los que hemos emigrado?

Hemos hablado también del miedo a los fusiles. Un temor infundado porque el noble jército español, abnegado y disciplinado, jamás empuñaría las armas contra el pueblo canario. Tanto los mandos como la tropa han dado sobradas muestras de hidalguía para cometer el crimen de lesa humanidad que supondría disparar contra una población indefensa. Que no cuenten los gobernantes españoles con esa baza. Ya pasaron a la historia los tiempos del miedo al látigo de los adelantados y a las torturas de los inquisidores. n consecuencia, no existe ninguna razón para que sigamos sometidos a una Metrópoli cuya capital se encuentra nada menos que a 2.000 kilómetros de nosotros. Lo único que debemos temer es nuestro propio aplatanamiento. Una actitud que nos inmoviliza cobardemente y les facilita el robo de nuestras riquezas a quienes tienen invadidas estas islas. No predicamos la violencia. Tan solo queremos que los canarios salgan a la calle y se manifiesten pacíficamente, como lo hicieron los catalanes el día que han elegido para celebrar su fiesta nacional. s así, igual que ellos, como debemos celebrar el Día de Canarias, no con un acto institucional que nos revuelve las tripas por su hipocresía, sobre todo ante la visión de la entrega de un premio a un godo que jamás, entiéndanlo todos bien, ha hecho nada por esta tierra. Al contrario: se ha aislado de la población local. Ni él, ni ninguno de sus familiares, han tenido la menor relación con los canarios. Y encima, Rivero lo premia para castigar a José Rodríguez; a un patriota que ha empeñado su vida y su hacienda en la defensa de su tierra. sto no ocurriría jamás ni en Cataluña, ni en Vasconia ni en Galicia. Ocurre en Canarias porque estamos narcotizados.

Ya que otros pueblos de la Península han tomado la iniciativa de romper las cadenas que los atan a spaña, confiamos en contar con la ayuda de nuestros hermanos vascos, catalanes y gallegos para conseguir nuestra propia soberanía nacional. se es el objetivo de L DÍA: lograr que Canarias sea una nación con su estado. Lograr que los canarios tengamos libertad, identidad y dignidad como pueblo. Tres importantes atributos de los que hoy carecemos. Los ciudadanos de cualquier país del tercer mundo viven de forma mucho más digna que los canarios porque, aun en su pobreza, son libres. Son dueños de sus recursos y de su propio destino. Nosotros estamos supeditados a lo que nos dicten desde Madrid.

La ignominiosa dependencia de spaña es lo que quieren perpetuar tanto Paulino Rivero como los falsos nacionalistas de Coalición Canaria. Los que amordazan a los patriotas para que permanezcan en silencio. ¿Por qué siguen callando los auténticos nacionalistas de este partido ante tanta vileza? Canario, despierta y lucha pacíficamente por tu independencia, porque mientras sigas sometido pasarás hambre y la pasarán tus hijos. Despierta, canario, y recupera la libertad que les arrebataron criminalmente a tus antepasados. Vive en libertad, con identidad, dignidad, abundancia y bienestar general.