El Ayuntamiento de Santa Cruz firmó ayer dos convenios con las dos organizaciones masónicas más importantes del país, que supondrán "la primera piedra" del futuro proyecto de rehabilitación del Templo Masónico de la capitalina calle de San Lucas.

Esta medida de colaboración entre la entidad pública y la iniciativa privada, que en el caso de las dos organizaciones de masonería a nivel estatal es un hecho singular que no se repetía desde comienzos del siglo pasado, tiene por fin la búsqueda de financiación para cubrir entre 3 y 5 millones de euros necesarios para la recuperación del singular inmueble, sin descartar la implicación de otras administraciones.

El acuerdo fue rubricado por el alcalde, José Manuel Bermúdez, así como por el gran comendador del Supremo Consejo del grado 33, Jesús Soriano, y el gran maestre de la Gran Logia de España, Óscar de Alfonso.

La recuperación de este inmueble, único en su modalidad en Europa, supondrá una fiel reproducción de los elementos del proyecto original, ya que el consistorio guarda en sus archivos dichos documentos, señaló Soriano, quien indicó, además, con el apoyo del alcalde, que se impulsarán los trámites necesarios para incorporar también los documentos históricos de la Logia de Añaza, que aún permanecen en el archivo de Salamanca después de ser sustraídos al comienzo de la Guerra Civil.

Bermúdez expresó ayer su deseo de que esta actuación, impulsada por el concejal de Planificación Estratégica y Economía, Florentino Guzmán Plasencia, sea una realidad en este mandato, aunque todo parece indicar que el templo estará concluido en un plazo de unos cuatro años.

El proyecto contempla que este edificio, que cuenta con el grado de protección de Bien de Interés Cultural (BIC), una vez que se vuelva a abrir al público, sea destinado a museo y centro de interpretación de la masonería, sin descartar su uso también por parte de los colectivos masónicos de las Islas y su conversión en centro neurálgico de otra serie de actividades que lo conviertan en un atractivo turístico para la ciudad.

Óscar de Alfonso destacó el significado de este edificio, que "reproduce una situación que solo se vive aquí y pretendemos reformarlo para que sea como era antes de la Guerra Civil, para que se pueda contemplar cómo eran los templos masónicos".

Por su parte, Jesús Soriano remarcó que "este primer paso es muy importante para el reconocimiento de que los masones somos gente honorable", pues hizo una mención especial a todos aquellos miembros de esta organización que fueron fusilados en el primer día del alzamiento armado del año 1936 y como un gesto que agradeció al alcalde por "su apoyo y valentía para recuperar la normalidad".