Siete y media de la tarde de un día cualquiera de este verano. Una pareja de agentes de la Policía Local de Santa Cruz accede a las dependencias de la Compañía Cervecera de Canarias (CCC), en la avenida Ángel Romero de la capital tinerfeña. Dentro no ha ocurrido nada extraño, pero fuera los miembros del cuerpo de seguridad han detectado algo. Vienen a presentar una denuncia por "incitación al consumo de alcohol" en la promoción de Dorada Pilsen, una de las marcas de la franquicia.