"Estoy cansado de esta persecución. Me obligan a clausurar el puesto de degustación porque de lo contrario amenazan con cerrarme la pescadería. Advierto que esto no es un negocio, sino un complemento. Lo mío es vender mariscos, pero lo denuncio por amor propio". Así se refería ayer Nicomedes González, propietario de Pescadería Nicomedes, a la advertencia del ayuntamiento, previa denuncia de la Cooperativa Nuestra Señora de África, para que cese a partir de este mes con la actividad que venía ofreciendo en La Recova.