Bankia depositó esta semana en un Juzgado de La Orotava las costas judiciales de un pleito ganado por el abogado Celso Pérez-Pulido y Cabrera-Pedrianes, con despacho en el Puerto de la Cruz, para evitar una imagen demoledora: la intervención de una comisión judicial que iba a proceder este viernes día 5, a las 12:30 horas, al embargo del dinero y los bienes muebles de su sucursal ubicada en la calle San Juan Bosco, en La Orotava.

El letrado Pérez-Pulido y Cabrera-Pedrianes logró paralizar la ejecución hipotecaria solicitada por la entidad financiera Bankia sobre unos terrenos de La Perdoma que pertenecen a sus representados y, tras una hábil actuación jurídica, logró incluso la cancelación de la hipoteca, "que pesaba sobre cada una de las distintas propiedades que componía la división horizontal del edificio, pues Bankia se negaba a la distribución de dicha hipoteca entre la propiedades convenidas".

Sus clientes eran los permutantes de unas parcelas donde una promotora construyó un edificio, "posesiones que Bankia pretendió apropiarse en su totalidad, de una forma prepotente y sin tener en cuenta ni los derechos de mis defendidos, como permutantes de dichas parcelas por obra futura, ni la propia existencia del inmueble que ya había sido construido".

Después de unos tres meses de infructuosas gestiones, "incluso personales", para que Bankia abonara las costas procesales devengadas del pleito ganado, este abogado optó por una vía inusual: solicitar el embargo del dinero o cuentas corrientes de cualquier clase, tanto el existente en la caja diaria abierta al público como lo depositado en la caja de seguridad bancaria de cierre controlado, así como los bienes muebles existentes en esta oficina del casco urbano de La Orotava, desde sillas hasta mesas, pantallas y ordenadores.

Esta orden de embargo, decretada por el Juzgado de Instrucción Número Tres de La Orotava, provocó que la entidad financiera consignara en el juzgado la cantidad que había sido reclamada sin éxito en varias ocasiones.

Por una vez, y quizás siente precedente, unos ciudadanos han estado a punto de embargar a un banco, "obligándole legalmente a pagar lo que debía", recalca Celso Pérez-Pulido y Cabrera-Pedrianes.