Zuhuang Li y su esposa Yamei Zheng están destrozados. Todos los que los conocen en Las Américas -donde viven y trabajan desde hace diez años-, coinciden en que dos semanas después del fallecimiento de su hija Ziyao, de 31 días, aún no lo han asumido y están inmersos en una profunda depresión. No comen, no duermen y lloran a todas horas. Sin embargo, el padre del bebé asegura que lo único que aplacará su dolor y le dará paz interior es saber la verdad, pero antes quiere hace pública su experiencia y aclarar algunas incorrecciones que se han dicho y que le han molestado.

¿Cómo está, Zuhuang?

Mal (llora), pero antes que nada quiero agradecer a todos los que nos han hecho llegar tanto apoyo y tanto cariño. Estoy deprimido, muy triste, como nunca lo he estado, pero la comunidad china y muchos canarios se han interesado por mí y me dan ánimos que me hacen sentir mejor. Siento la energía positiva que nos están dando a mi esposa y a mí y quiero que sepan que lo agradecemos mucho.

¿Sabe que hay centenares de personas que se han interesado por su caso?

Me he enterado tarde. No hablo ni leo español, pero me han traducido los periódicos españoles y he visto que hay muchas cosas que no están bien y quiero que se sepa la verdad, empezando por negar que mi familia y yo estemos aquí de forma ilegal. El abuelo de la niña, mi padre, lleva en Tenerife 20 años y por la reagrupación familiar yo llevo diez. Mi primer hijo nació aquí. Tengo libro de familia y tarjeta sanitaria. No hablo mucho español porque trabajo con turismo y son casi todo ingleses y alemanes. Vinimos de China porque allí había mucha crisis y no había trabajo y hemos sido muy felices aquí, en Tenerife.

Habla de su primer hijo. ¿Notó alguna diferencia en el hospital o en el trato entre su primer hijo y la segunda?

No. El servicio sanitario ha sido bueno en los dos casos y yo no tuve preocupación en ninguno de los dos.

¿Utiliza habitualmente la sanidad pública?

Si, y nunca hemos tenido ningún tipo de problema. Mi mujer se hizo muchos chequeos cuando estaba embarazada y pruebas y todo salía bien.

¿Usted estuvo presente en el parto de Ziyao?

Si y fue un momento de máxima felicidad, porque solo dos o tres minutos después de nacer ya abrió los ojos. Es algo que pasa muy pocas veces. Además, en la cultura china, tener una hija después de un hijo significa mucha felicidad porque hijo e hija juntos conforman la palabra bien.

¿Quién detectó que a la niña le pasaba algo?

Yo, porque no respiraba bien. Lo hacía muy muy deprisa y después de tomar el biberón tenía tos y sudaba mucho.

¿Cuándo fueron por primera vez al médico?

El mismo día que lo detecté y nos fuimos todos con ella a urgencias. Ella tenía 18 días y fue el día 4 de marzo. Cuando llegamos le hicieron pruebas y nos dijeron que la niña tenía infección en el corazón y que había que llevarla al Hospital de La Candelaria. Mientras la niña iba en la ambulancia yo y mi familia íbamos detrás en un taxi.

¿Cuál es la primera información que le dan en La Candelaria?

Yo fui a hacer el registro de ingreso y luego fui a la UVI. Recuerdo que era lunes. Le hicieron un chequeo y dos horas después me dijeron que tenía problemas graves de corazón.

¿Sabe de qué murió su hija?

No. (Llora) No sé cuál fue el motivo. Claro que sé que tenía problemas de corazón, pero no sé si su enfermedad se podía haber solucionado si la hubieran trasladado a tiempo o si no había nada que hacer. Nadie me la ha aclarado y yo tampoco lo pregunté. (Llora)

¿Sabe el nombre de la enfermedad de su hija o le explicaron en qué consistía?

No. El médico solo me dijo que tenía problemas cardíacos.

¿Cuándo supo que su hija estaba grave y podía fallecer?

Cuando me explicaron lo que era la UVI y que mi hija solo podía estar allí y no fuera. Allí no la podíamos ver y solo podíamos esperar. Una hora era como un día porque no sabíamos que estaba pasando, pero teníamos plena confianza en los médicos hasta que nos dijeron que allí no era posible atenderla y que había que trasladarla a Gran Canaria. Yo pregunté más detalles, pero me dijeron que no me preocupara y que me fuera a casa.

¿Por qué no la trasladaron ese mismo día?

El 4 de marzo la niña no tenía tarjeta sanitaria porque era una recién nacida y se la tenía que hacer. Fui temprano el día 5 y estuve esperando para firmar el consentimiento del traslado durante horas, pero cuando el médico vino a hablar conmigo ya la cosa había cambiado y ya Gran Canaria no valía y tenía que ser al Hospital La Paz de Madrid.

¿Le explicaron por qué se produjo ese cambio?

No.

¿Le dijeron que era una decisión de los médicos?

No. Yo pregunté y no me dijeron nada en concreto. (Llora) Yo pensé que era porque mi hija estaba tan grave que Gran Canaria ya no servía, pero eso lo pensé yo, nadie me lo dijo.

Pero, usted se fue a Madrid antes que la niña, ¿por qué?

Sí, yo me fui a primera hora del día 6 de marzo porque mi hija tenía que llegar poco después y yo no quería que estuviera sola. En La Candelaria me dijeron con quién tenía que hablar para yo saber a dónde ir. Me dijeron que nada más llegar iba a ser intervenida quirúrgicamente y yo estaba tan preocupado que preparé todos los papeles, compré un billete de avión y me fui a Madrid para buscar una intérprete y casa porque iba a pasar allí mucho tiempo.

¿Cuándo y cómo se entera de que la niña no va a Madrid?

Ese mismo día me dicen que no va a ser trasladada porque hay mal tiempo y no hay garantías y que será al día siguiente, pero eso tampoco sucede porque creen que hay problemas en el aterrizaje. El ocho, nueve y diez de marzo la interprete llama cuatro veces al día para preguntar por el estado de la niña y por la hora del traslado y no hay respuesta clara, dicen que siguen los problemas meteorológicos. El once muere. (Llora)

¿Usted protestó de alguna manera o lo asumió?

Pensaba que mi hija estaba en las mejores manos posibles y creía lo del mal tiempo. (Llora)

¿Hoy piensa lo mismo?

No. Yo estaba muy confuso, pero ahora no creo que haya habido mal tiempo durante toda una semana. Es muy raro. Lo he hablado con mucha gente y todo el mundo está de acuerdo en que en este caso hay muchas cosas raras. (Llora).

¿Quién cree que es el responsable de lo que ha sucedido?

No lo sé, pero sé que el mal tiempo no ha sido el único motivo por el que no se trasladó a mi hija. No sé quién se encargó de los trámites y de todo este caso, pero sé que hay graves problemas de financiación de la seguridad social y yo hubiera estado dispuesto a pagar lo que fuera y mi familia y la comunidad china me hubieran ayudado. Yo sospecho que había algo de esto, pero no me lo dijeron. Lo aclararé. Necesito saber la verdad. (Llora)

¿Cree que su nacionalidad ha tenido algo que ver?

Por supuesto. No puedo evitarlo. Pienso que por ser extranjero nos han tratado diferente, porque esto no le ha pasado a nadie.

¿Cómo recibió la noticia del fallecimiento?

Fue una sorpresa. No pensaba que fuera real lo que me estaban diciendo, pero no sentí rabia ni enfado, solo pensé que mi hija había tenido muy mala suerte. (Llora, se levanta y da un pequeño paseo). Fue tres días después del fallecimiento de la niña cuando empecé a darme cuenta de las cosas raras que había vivido y cuando me llegó lo que estaba saliendo en los medios de comunicación. La comunidad china sí que estaba enfadada e incluso habían empezado a recoger firmas para pedirle al Servicio Canario de Salud que no vuelva a suceder algo así.

¿Sabía usted que mientras pasaba lo de su hija se estaba reestructurando la Unidad de Cirugía Cardíaca de Gran Canaria?

No.

¿Y que la Consejería de Sanidad dio un rueda de prensa por la alarma social que creó su caso?

Tampoco. Me estoy enterando ahora.

¿Sabe que incluso hay asociaciones como Corazón y Vida que han llevado el caso ya la justicia?

Si, pero me enteré días después de que pasara y me sorprendió que haya tanta gente que quiera ayudarnos a saber la verdad.

¿Usted y su esposa van a denunciar al Servicio Canario de Salud?

Sí, porque tenemos muchísimas dudas y preguntas sobre todo el proceso y creo que la única manera de saber la verdad es yendo a la justicia. Si yo pregunto directamente ya no sé si me dirán la verdad y tampoco si yo lo creería, pero lo que diga la justicia lo acataré y para mí será la única verdad.

¿Qué necesita para superar esto?, ¿Qué le haría sentir mejor?

Que se abra una investigación y que el servicio se mejore porque no quiero que nadie pase por lo que yo y mi familia estamos pasando. Necesitamos tener paz interior y saber la verdad es lo único que nos la va a dar. Si la muerte de mi hija puede cambiar la situación del sistema de salud para que mejore, ha merecido la pena. Si ella ha prestado este servicio a la comunidad es un consuelo.

Pero lo que está diciendo es muy duro...

(Llora). Sí pero es lo que pienso y lo que siento. (Sigue llorando). Nunca he sido tan débil como hasta ahora, me siento hundido, pero es que cada vez que cierro los ojos veo a mi hija. Se parecía toda a mí, No sé cómo explicarle esto a mi hijo. Él no sabe lo que ha sucedido y estamos inventando excusas y mentiras porque él la vio, vivió con ella unos días y pregunta que dónde está. Verdaderamente no sé qué decirle, porque ni yo mismo sé qué ha pasado y eso es lo peor.