No es casualidad que solo un partido, Coalición Canaria, y solo un medio de comunicación -el pasquín digital dirigido por un pajarraco de Las Palmas que en su día quiso ser cura pero se lo impidieron por sus inmoralidades- hayan apoyado el decreto sobre la publicidad impuesto en plan ordeno y mando por el presidente el Ejecutivo regional. o le perdona a José Rodríguez ese "digno" representante de la hez del periodismo su éxito empresarial entre otras cosas porque el no citado individuo -nunca lo hemos citado por su nombre ni hemos dado pistas de quién puede ser- tiene su empresa en concurso de acreedores; es decir, en quiebra. Parece que el sueldo de la señora que lo mantiene ya no le alcanza para pagar sus deudas y el tatarita es, además, un chulón capicúa.

Por lo demás, resulta significativo que dicho pajarraco, conocido en Las Palmas como el tatarita, ataque al PP por la defensa que ha hecho este partido de la libertad de expresión pero no mencione a Román Rodríguez, que también se ha manifestado en contra de dicho decreto, ni al PSOE de Hernández Spínola, igualmente distanciado de la última arbitrariedad del presidente del Gobierno de Canarias. La razón es muy sencilla: el PSOE le está echando una mano a este mariquita que se avergüenza de ser homosexual. Algo injurioso para los homosexuales honestos, que son la mayoría, por lo que deberían proceder contra él las organizaciones que defienden la igualdad.

Coalición Canaria debería asimismo recapacitar si le conviene que la única defensa de su líder proceda de un degenerado del periodismo, así como de dos periódicos subvencionados hasta el punto de que ya no estarían saliendo a la calle sin las ayudas públicas. Un dinero que se detrae, entre otros epígrafes, de las subvenciones a los comedores escolares y al sector sanitario, pese a que hay 45.000 personas en las listas de espera. El presidente del Gobierno costea su propaganda política con el hambre de los niños y la salud de los isleños. ¿Con qué cara puede presentarse el falso nacionalismo de CC ante el pueblo para pedirle de nuevo el voto dentro de dos años? ¿o es mejor prescindir ya del señor Rivero y apostar decididamente por la independencia, en vez de depender de la cambiante opinión -los canallas dejan de ser fieles cuando dejan de cobrar- de un tatarita en lo referente a la imagen que ofrecen ante la ciudadanía?

CC, formación política en la que militan patriotas auténticos, no se merece lo que le está haciendo el demente político que ocupa su presidencia, al igual que lidera -es un decir- el Gobierno autonómico. o estamos en una cruzada contra nadie. Eso lo dice quien ha sido favorecido con una emisora de radio. Solo estamos en guerra contra los enemigos del pueblo canario; contra quienes no quieren su independencia sino su esclavitud, aunque nuestra lucha no es cruenta, sino pacífica.

o podemos consentir que alguien políticamente loco, como es el caso de Paulino Rivero, siga arruinando a tantas familias. o podemos consentir que el Gobierno de Canarias continúe en manos de un político demente o de un demente político, que lo mismo da. ada hay peor para una nación -y Canarias es una nación, aunque todavía carece de Estado- que las manías persecutorias de quien tiene en sus manos el poder -obtenido de forma desgraciadamente legal, pero tramposa, por tanto, ilegítima- y, en consecuencia, es capaz de hacer mucho daño. El comportamiento político del señor Rivero, esa materialización ya a cara descubierta de dichas manías persecutorias, da pie a que se estudie seriamente su internamiento. Una reclusión por su propio bien en un centro asistencial que debe ir precedida de la expulsión del partido porque, como decimos, está dejando a CC por los suelos. Los auténticos nacionalistas no se merecen el descrédito que les están ocasionando Rivero y sus cuatro o cinco secuaces políticos, entre ellos Ana Oramas, Ríos, Barragán y Ruano.

En definitiva, o CC acaba con este demente político, o el demente liquida al partido. ¿A quién salvo a un desquiciado se le puede ocurrir quitarle una emisora de radio a EL DÍA, el único grupo de comunicación del Archipiélago, para dársela a un tatarita arruinado y faltón? Así consuma sus venganzas el presidente del Gobierno de Canarias. Como el editor de EL DÍA no quiso colaborar en un engaño al pueblo canario -cosa que hacen los periódicos subvencionados-, leña al mono hasta que aprenda quien manda.

Esta no es la mejor forma de gobernar; esta es la forma de transformar en miserable a un pueblo que antes era próspero. Lo demuestran las muchas empresas que se han ido al carajo -y perdón por el mal sonido del palabro- y los miles de empresas que han cerrado, de la misma forma que lo demuestra el hambre de los niños y las muertes en las listas de espera.