Liberalizar las farmacias supondría el cierre de tres de cada cuatro boticas actuales y pondría en riesgo la continuidad de 22.000 autónomos y 60.000 puestos de trabajo directos, según advirtió ayer la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE).

Los responsables de esta organización expusieron ayer las consecuencias del borrador del anteproyecto de ley del Ministerio de Economía y Competitividad sobre ejercicio profesional, que prevé la liberalización de las farmacias, lo que abriría estas a las grandes corporaciones multinacionales y grupos empresariales.

Ese documento, que FEFE conoció "con gran sorpresa" a finales de diciembre, establece que la dirección del establecimiento seguiría en manos de un farmacéutico, explicó el presidente de FEFE, Fernando Redondo.

El actual modelo de propiedad-titularidad, vigente en el 60 por ciento de los países de la UE, entre ellos Francia, Alemania e Italia, "permite alcanzar el objetivo de interés público, sin menoscabar la calidad del servicio y evitando criterios puramente mercantilistas, gracias al control que ejerce el Gobierno y las comunidades autónomas", dijo.

"Nos negamos a entregar los servicios farmacéuticos a grupos económicos cuyo primer objetivo es mercantil, que prima sobre el interés farmacéutico y la salud de los ciudadanos", insistió Redondo.

Por el contrario, "los farmacéuticos, como profesionales sanitarios, anteponemos la protección de la salud a cualquier otro que legítimamente podamos tener".

Redondo pidió al Ministerio de Economía que reconsidere el anteproyecto para que "no dañe el servicio farmacéutico".