Irene Martínez Trigueros, de 26 años de edad, representará al Tranvía de Tenerife en la gala de elección de la reina, que se celebrará el miércoles 6 de febrero en el recinto ferial. Se da la particularidad de que la aspirante, que lucirá uno de los tres trajes que diseña el laureado Santi Castro, sufre discapacidad visual, pues solo tiene un diez por ciento de visión en su ojo derecho. Aún así, ella asegura que "ve genial", pues no en balde se ha acostumbrado a convivir con esta situación desde su infancia.

En declaraciones a EL DÍA, Irene no quiere ahondar en esa situación, algo que por su educación familiar tiene aceptado y superado, por más que sea la primera vez que una aspirante con discapacidad visual concursa para convertirse en reina del Carnaval de Tenerife.

Irene Martínez es trabajadora social de la ONCE y, desde el pasado mes de mayo, tras participar en un concurso oposición, ganó su plaza en Tenerife, hasta donde se trasladó desde su tierra, Murcia.

"He llegado al Carnaval por la pasión por mi trabajo. Hicieron una oferta de empleo, nos presentamos tres personas y yo gané la plaza", explica. Hace dos meses, el Tranvía de Tenerife, en defensa de la accesibilidad, se puso en contacto con la ONCE y planteó un casting para elegir a la representante que luciera la fantasía que se le encargó a Santi Castro, el actual ganador del título de reina del Carnaval por su fantasía de 2012.

Y la reina del tranvía fue Irene, lo que dio paso a un proceso de formación para estar a tope el próximo miércoles 6 de febrero, el día de la gala: gimnasio, dieta, ensayos con el tocado..., disciplina y mucha ilusión, explica. "Aunque no conocía a Santi Castro, es un diseñador increíble, pero lo es más como persona".

Aunque lleve solo dede mayo en Tenerife, Irene explica que conoce el Carnaval chicharrero desde pequeña porque lo veía por televisión. "El Carnaval de Tenerife me apasiona. Estoy enamorada de Tenerife y me está aportando los mejores momentos de mi vida esta etapa de mi vida", explica Irene. Recién llegada ayer del gimnasio, la candidata del Tranvía explicó que "vivo emocionada; estoy erizada cada día. Gracias a la pasión por mi trabajo -insiste-, he tenido la suerte de venir aquí y conocer Tenerife y su gente. Aunque no son mi sangre, he trabado unos lazos afectivos muy fuertes".

Para Irene no será un problema el desfilar con la fantasía. Es cuestión de formación. De resto, vive su día a día con total normalidad, alternando la ayuda que presta desde su puesto en la ONCE con el propio Carnaval.