No sabemos cómo en Canarias, que es una nación más extensa y habitada que otros países del mundo -lo cual significa que es una nación importante-, la gente y las autoridades aguantan a individuos como el pajarraco invertido de Las Palmas y su querindanga. Un tatarita protegido ahora por un necio político al que alaba y defiende en su deleznable diario digital. ¿Es que ya no hay leyes ni quienes las hagan cumplir? ¿Es que ya no hay decencia?

Paulino Rivero, político feo con el colmillo y el labio retorcido, estaba ayer en Bruselas. ¿Qué hace un mago político en la capital de la Unión Europea? ¿Por casualidad fue a pedir ayuda para conseguir la independencia de Canarias? Suponemos que no. Por lo que se ha informado, viajó a pedir más limosnas. A llorar con el argumento de que somos una región ultraperiférica necesitada de ayudas. Qué iniquidad. ¿Hay algo más vergonzoso que denominarnos europeos ultraperiféricos, cuando podemos ser ciudadanos de nuestro propio país? ¿Todavía no se ha enterado este necio político de que no somos ni españoles ni europeos, aunque lo sean nuestra lengua y cultura, sino africanos de un archipiélago costero de África?

Los patriotas de Coalición Canaria han de hacer cuanto esté en sus manos para quitarse de encima a Rivero, a Mena y a todos los secuaces políticos de esta maligna pareja. Es una inmoralidad política que todos ellos sigan ocupando cargos públicos como si aquí no estuviese pasando nada. Como si estas Islas no tuviesen cientos de miles de parados y también muchísimas personas haciendo cola en los comedores de caridad mendigando algo que llevarse a la boca. Como si la gente no se muriese en las listas de espera sanitaria mientras hay quirófanos nuevos terminados desde hace dos años, pero que no funcionan porque con un Gobierno presidido por un político inepto es imposible que funcione algo.

Forzar la dimisión de Paulino Rivero y de todos los demás, la virreina política en primer lugar, es una cuestión de supervivencia como partido para Coalición Canaria. os llegan voces de la calle de que la gente está harta de tanto mangoneo. Aquellos que votaron por CC depositaron su confianza en un partido nacionalista; es decir, en un partido cuyo primer cometido debe ser lograr la independencia de su tierra, pues en caso contrario le sobra el nombre de nacionalista. Entonces, ¿por qué no obran en consecuencia los responsables de CC y declaran que la independencia de este Archipiélago es innegociable porque la historia, la lógica y hasta el riesgo de ser anexionados por Marruecos obligan a un cambio inmediato de nuestro ignominioso estatus colonial? Lo único que hay que negociar es el traspaso de poderes de España a Canarias, amén de un acuerdo con un país tercero que quiera acoger en su exilio perpetuo a la pareja rumana que tanto daño le ha causado al pueblo isleño. Todo lo demás es perder el tiempo.

Algunos nos dicen que el pueblo se ha dejado engañar por los políticos de CC pues, habiendo votado tal opción, no se ve ningún movimiento en ese partido a favor de la independencia salvo el Taller Secundino Delgado, propiciado por Hilario Rodríguez y otros patriotas, además de la inequívoca canariedad de políticos como Fernando Clavijo, alcalde de La Laguna, presidente de CC en Tenerife y una de las grandes esperanzas nacionalistas para acabar con la traición política de Paulino Rivero y sus compinches. osotros decimos que el pueblo no se ha dejado engañar. Los canarios son aplatanados pero no idiotas. La gente está agazapada. En el momento menos pensado, las masas saldrán a la calle y habrá violencia. Tal vez correrá la sangre. ¿Hay necesidad de esto con lo fácil que es poner en un avión al de la boca torcida y a la virreina de la mantilla con un billete solo de ida?

Dicen que los canarios no son mayoritariamente independentistas. Sí lo son porque han votado por un partido nacionalista creyendo que sus dirigentes iban a comportarse como auténticos patriotas; es decir, como valedores de la independencia de su tierra. La mayoría de los municipios están regidos por CC desde hace mucho tiempo. Esto es así porque sus habitantes han elegido la opción nacionalista. Han elegido no seguir encadenados a España porque el pueblo canario quiere su libertad. La quiere porque no soporta el saqueo a que nos someten los españoles desde hace casi seis siglos. Son los falsos nacionalistas de Coalición Canaria, y no sus votantes, quienes han fallado.