Dieron la vuelta a La Palma a pie a través del sendero GR130, que une la costa con las medianías, para ayudar a la asociación de Niños Especiales. Se calzaron las zapatillas de deporte el sábado a las tres de la madrugada, en plena oscuridad, y no se las sacaron hasta el domingo al mediodía. Más de 30 horas para recorrer cerca de 160 kilómetros con un desnivel acumulado de 6.500 metros. Solo pensarlo, cansa. Un reto personal mayúsculo, lleno de adrenalina, para colaborar con un colectivo diferente.

La idea partió de Salvador Guillem, "Voro", con el apoyo de otros atletas del club MTB Bayana. Son gente de una pasta exclusiva, acostumbrada a meterse en el trail antes de que amanezca. Aprovechan sus horas libres para buscar un sendero en cualquier monte perdido, también les vale tierra volcánica e incluso no son ajenos al asfalto. Aún con todo, el sábado fue diferente. No era una "quedada" de entreno. Asumieron la responsabilidad de buscar fondos para la asociación de Niños Especiales, con urnas repartidas por los municipios en busca de la solidaridad general, y sabían que en esta ocasión, en este recorrido, no tenían derecho al abandono.

La salida se marcó en la plaza de España de Los Llanos de Aridane. De noche "cerrado". Aquel grupo de atletas se digirió en dirección norte: al barranco de Las Angustias. La idea siempre fue atravesar Tazacorte en busca de Tijarafe. Luego vendría Puntagorda, la Villa de Garafía, Barovento y San Andrés y Sauces. "Abajo" esperó Puntallana, Santa Cruz de La Palma, Breña Baja, Breña Alta, Villa de Mazo, Fuencaliente y El Paso antes de regresar a Los Llanos de Aridane, donde entraron, encabezado por el colectivo beneficiario de esta iniciativa, sobre las 11:30 horas del domingo.

El recibimiento fue el merecido. Tras más de 30 horas de trotar, los pies "matan". De los dientes para abajo, duele todo. Mariano Zapata, político y atleta, lo resumía: "Lo que han hecho es bestial". Un aplauso, una palmadita, sabe raro: a "gloria". La llegada se produjo minutos antes del comienzo de la celebración de la primera prueba, categoría prebenjamín, de la San Silvestre de Los Llanos. Es una carrera tradicional, capaz de llenar la plaza del pueblo, que este año sirvió también para recaudar un centenar de kilogramos de alimentos, además de juguetes, para las familias más desfavorecidas. Fue el momento justo para acabar una "locura".

Es cierto que de todos los que llegaron, solo cuatro atletas, Raquel, Yuste, Pedro Ramos y Jaime "Maleti", realizaron todo el recorrido, y que incluso "Voro", el organizador del evento, tuvo que ceder durante algunos tramos por problemas musculares, pero lo curioso de la iniciativa fue observar cómo decenas de ciudadanos, atletas o no, de diferentes edades y condición física, se fueron incorporando de forma espontánea al grupo en varios municipios para hacer partes del trayecto, en una expresión de solidaridad, de apoyo, a Niños Especiales de La Palma. Como ejemplo destacar que en la última etapa, entre Fuencaliente y Los Llanos de Aridane, corrieron más de 30 personas, una cifra que se repitió en otros pueblos, donde los participantes encontraron puestos de avituallamiento con abundante comida y bebida.

La organización del evento solidario aprovechó las redes sociales al acabar la iniciativa para dar "las gracias a todos por la colaboración recibida", reconociendo que "llegamos destrozados" de una experiencia "única y enriquecedora", ya que en poco más de 30 horas "hemos podido disfrutar de la naturaleza, hacer amigos, reír, compartir experiencias, sufrir ... pero sobretodo, ayudar".

Las redes sociales se convirtieron en un aliado de incalculable valor para la difusión y participación en la iniciativa solidaria realizada por este grupo de atletas. Multitud de facebook, twitter, tuenti se hicieron eco de la intención de "un grupo de locos", como los calificaron, capaces de recorrer a pie la Isla por ayudar a los que lo necesitan.