"Rivero atribuye a los extranjeros el alto paro". Así titulábamos ayer la principal noticia de nuestra portada. Mentira cochina. Mentira despreciable. Mentira propia de alguien que, como Paulino Rivero, desdeña al pueblo canario, de la misma forma que aborrece a esta Casa. Tanto él como su esposa despreciaron a EL DÍA cuando interpusieron sendas demandas para tratar de silenciarnos. Eso es propio de unos analfabetos políticos y democráticos. También nos vilipendiaron privándonos de una emisora a la que teníamos más derecho que nadie para dársela a un maricón de Las Palmas. Y decimos maricón, no homosexual o gay, porque a estas personas las respetamos mucho, aunque quienes intentan desprestigiarnos porque no les gusta nuestra línea editorial -que no es otra que la defensa de los canarios y de su libertad- traten de enfrentarnos con grupos sociales contra los que, lo reiteramos, nada tenemos. No hablamos de los respetables homosexuales sino de un deleznable invertido que antes, por ejemplo, atacaba a Rivero y a su esposa, y ahora los defiende a capa y espada. De la misma forma, antes arremetía contra Marruecos y defendía los intereses del Polisario y ahora, porque al parecer su conveniencia es otra, defiende a nuestros vecinos del Magreb en su pestilente libelo digital.

Exponemos esto para que juzguen nuestros lectores cuál es la categoría moral de quienes pretenden darnos lecciones de periodismo. EL DÍA no se vende a intereses ajenos porque no tiene otros que los de la patria canaria, a la que defiende siempre por encima de cualquier otra consideración. Tenemos un compromiso perpetuo, incorruptible e irrompible con este pueblo. No nos detendrán las amenazas, las persecuciones y todas las diatribas que se digan contra nosotros, de la misma forma que tampoco nos detendrán denuncias como la presentada por la "señora" virreina de Canarias -eso se cree ella en su petulancia política- contra nuestro periódico para impedir que se publique una noticia. Despotismo puro y duro. Virreinato. Tiranía. Una dictadura política de hecho que supera a las más tétricas que ha habido en todo el planeta, tanto de la mano de comunistas como de fascistas. Actitud despreciable de unos políticos miserables que no merecen ni que les deseemos la paz en estas fechas.

Solo podemos calificar como cínicas esas manifestaciones de Paulino Rivero en las que afirma que no cabe "cruzarnos de brazos" ante el problema de la inmigración, ni recortar los fondos para las políticas de formación como ha hecho el Partido Popular, dejando a miles de canarios en una situación de vulnerabilidad inaceptable e injusta. Qué desfachatez la de este necio y déspota político. Ha sido él, y no el PP que no gobierna -aunque debería hacerlo pues fue este partido el que ganó las elecciones- el responsable de que miles de canarios estén no ya en una situación de vulnerabilidad, como dice este incapacitado político, sino en la más aciaga de las miserias. Ha sido Paulino Rivero, ayudado por sus secuaces políticos, el que nos ha arrojado a un pozo negro del que difícilmente podremos salir mientras él continúe en la presidencia del Gobierno.

En cuanto a cruzarse de brazos ante los problemas, ¿qué han hecho él y sus compinches durante todos los años que llevan gobernando? ¿Cuándo ha abierto la boca alguien del equipo de Paulino Rivero para exigir la libertad de Canarias, pese a que el colonialismo español sigue rapiñando nuestros recursos como lo lleva haciendo desde hace casi seis siglos? ¿A quiénes creen estos falsos nacionalistas que van a seguir engañando con sus mentiras?

Por otra parte, queremos suponer que cuando Paulino Rivero se refiere a la llegada de personas extranjeras como causa del alto paro que padecemos no está pensando en el turismo, porque este sector es prácticamente el único que nos sigue manteniendo en pie. Incluso con la llegada de millones de turistas cada año, somos uno de los países del mundo con mayor índice de desempleo. ¿Culpables? Lo repetimos un día más: el colonialismo y la incapacidad política de un presidente inepto para gobernar. Seguimos sin comprender cómo es posible que el pueblo, los sindicatos, las asociaciones de vecinos y los propios políticos de Coalición Canaria permitan el despotismo de una pareja que debió haber dimitido hace mucho tiempo de sus cargos -y en el caso de no dimitir, como así ha ocurrido, deberían haberlos destituidos- y partir hacia al exilio. ¿Por qué siguen autodenominándose nacionalistas si no lo son? ¿Qué engaño es ese al pueblo? ¿Es que no temen a la ira del pueblo que ellos mismos están suscitando con sus descaradas arbitrariedades? ¿No tienen miedo de que el pueblo se levante en armas y corra la sangre como ha ocurrido en varios países árabes y sigue ocurriendo en Siria? Ojalá que no, porque detestamos la violencia, pero el pueblo tiene razones más que suficientes para sublevarse y guillotinar a estos miserables políticos que nos están conduciendo a lo más hondo del abismo a unas Islas a las que antes llamaban afortunadas y eran la envidia de todo el mundo.

La solución no es otra que la independencia. Prueba de que estamos en lo cierto son los numerosos mensajes de afecto que seguimos recibiendo de nuestros lectores y patriotas canarios en general. "Eres una gran persona", señala uno de estos canarios auténticos refiriéndose a nuestro editor. "Todos te queremos mucho y apreciamos lo que haces por esta maltratada patria canaria. Es hora de que se acabe ya el colonialismo y de que podamos disfrutar de la libertad que nos merecemos, sin el yugo al que hemos estado sometidos durante siglos por culpa de algunos malditos personajes".

Por su parte, la Comunidad Canaria en Londres nos recuerda que los catalanes han protagonizado multitudinarias marchas independentistas por no estar satisfechas con las políticas del Gobierno de Madrid y acusan a la metrópoli de robarles 16 billones de euros anualmente. ¿Cuánto nos roban a Canarias? España lleva casi 600 años, insistimos en ello, rapiñando nuestros recursos de una manera perversa y persecutoria. Mientras tanto, Paulino Rivero, su esposa y su caterva de falsos nacionalistas siguen impasibles. Eso sí es cruzarse de brazos ante la tragedia de los canarios.