Realizó su primer trabajo sobre alzhéimer a comienzos de la década de los 80 y asegura que en este tiempo ha sido testigo de grandes avances, ya que "antes solo se miraban los cerebros de los pacientes en una autopsia para ver cómo le había afectado la enfermedad y ahora se conoce todo el proceso molecular, lo que permite conocer a fondo la enfermedad y crear posibilidades de tratamiento. Sin embargo, al profesor de Investigación del CSIC y experto en alzhéimer, Jesús Ávila de Grado lo que le preocupa es la dificultad para diagnosticar a tiempo esta enfermedad, lo que se traduce en que, por el momento, los tratamientos que se aplican solo sean de carácter paliativo.

¿Es cierto que el diagnóstico de alzheimer solo se puede confirmar con una autopsia?

Si, aunque con matices. Hay dos tipos de enfermedad de alzheimer: la de origen genético y el de origen esporádico. En el caso de la que se hereda se puede establecer una perfecta relación entre causa y efecto porque se producen mutaciones en algunos genes y dan lugar, si se vive lo suficiente, a la aparición de la enfermedad. ¿Qué es vivir suficiente? Pues en este caso hablamos de cincuenta y tantos, sesenta años. Esa es una enfermedad pura porque no está contaminada con la aparición de otros problemas neurológicos, mientras que en la que no es genética los enfermos sí tienen otros problemas. Este tipo aparece a partir de los 65 o 70 años y es el más prevalente porque las de origen familiar son, como mucho, un 1% de los casos, en el resto (el 99%) el mayor riesgo es la edad.

¿Se puede prevenir el alzhéimer?

Lo que queremos es que desaparezca, pero aún no sabemos si una vez que ha empezado lo podemos parar y revertir o si eso es imposible. Si no hay quien lo pare, lo que hay que hacer es prevenirlo. ¿Por qué hasta ahora somos tan torpes y no lo conseguimos? Porque cuando se diagnostica la enfermedad es tarde. Cuando una persona llega al neurólogo y le dice que se le están olvidando las cosas, lo más seguro es ya tenga destrozado el cerebro. Esto es así porque en el cerebro hay una gran complementación de funciones y cuando se van muriendo neuronas otras intentan suplirlas. Es un órgano muy resistente que intenta no ceder ante los problemas que se le presentan y esto trae consigo que esté ya muy dañado cuando se comienza con el tratamiento.

¿Para qué sirven los actuales tratamientos?, ¿Son eficaces?

Hasta ahora son solo paliativos. Hay dos tipos de fármacos: los sintomáticos y los modificadores. Pongamos el caso de la tuberculosis, con la cual se tose. Un sintomático serviría para quitar la tos, pero no curaría la enfermedad porque eso lo consigue un antibiótico que sí que paraliza la enfermedad. Para el alzhéimer hay sintomáticos, pero no modificadores y es un gran problema. Lo cierto es que se está trabajando mucho tanto en el ámbito público como en privado. Lo que sucede es que, como este mundo lo mueve el dinero, a las empresas farmacéuticas les es mucho más rentable cronificar las enfermedades porque los pacientes requieren durante mucho tiempo muchos fármacos que dar solución a casos agudos en los que el enfermo se muere o se cura rápidamente sin que eso sea negocio.

¿La demencia y el alzhéimer es lo mismo?

El alzheimer es una enfermedad y se caracteriza porque tiene diferentes estadíos. Empieza en una zona del cerebro que se llama hipocampo -que es donde se regula la memoria episódica fechas, lugares, nombres, etc. a corto plazo-. De ahí empieza a propagarse a otras zonas del cerebro, fundamentalmente a la corteza, y ahí es cuando se adquiere la demencia. La demencia no es estar loco es estar desorientado y no saber para qué sirven las cosas, de manera que a alguien se le da un cepillo de dientes y lo usa para peinarse, no sabe quienes son sus amigos y familiares y si se le deja en una calle no sabe cómo volver a casa. Esa desorientación, esa falta de capacidad de comportarse profesional y socialmente, es lo que denomina la demencia y puede tener la causa en la enfermedad de alzheimer, pero también en otras causas como problemas vasculares, hormonales, etc. La demencia más prevalente, sobre todo entre la población mayor es la enfermedad de alzhéimer.

Destapando "los rincones del cerebro"

El Museo de la Ciencia y el Cosmos -con financiación de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI) del Gobierno de Canarias y la colaboración de la Universidad la Laguna y el Proyecto Estructurante Neurocog, en el marco de las Semanas de la Ciencia y la Innovación en Canarias 2012- organiza, del 19 al 25 de noviembre, unas jornadas sobre Neurociencia tituladas "Los rincones del cerebro". Resulta curioso que ese órgano tan próximo a nosotros, más bien el que "nos hace ser nosotros", donde reside todo lo que somos: nuestra consciencia, nuestra identidad, nuestras emociones, nuestros recuerdos continúe siendo uno de los retos científicos fundamentales para el ser humano. En este contexto se desarrollarán las intervenciones de diferentes ponentes que conforman estas jornadas. Hoy será el turno del profesor de filosofía del IES Rafael Arozarena, Tomás Martín, que dará la charla "¡Neurociencia, se rueda!", y mañana y pasado será el mago José Foronda Perera el que ofrecerá un espectáculo de ilusionismo al tiempo que el profesor de Psicología Carlos Javier Álvarez tratará de explicar "¿Por qué nos engaña nuestro cerebro?".