Las personas centenarias además de alcanzar una "longevidad extrema" muestran bajos niveles de fragilidad, algo que puede ser atribuible a que en ellos, al igual que en las personas jóvenes, hay una "sobreexpresión" de genes reguladores implicados en el envejecimiento.

Así lo ha asegurado hoy a EFE José Viña, catedrático del Departamento de Fisiología de la Universitat de València, que junto al servicio de Geriatría del Hospital de la Ribera, en Alzira (Valencia), que dirige Juan Antonio Avellana, ha realizado un estudio sobre los genes implicados en la salud, la calidad y la extensión de la vida.

José Viña ha presentado hoy los resultados de este estudio en el primer Simposio Mediterráneo: Nutrición, Dietética e Innovación, que se ha celebrado en el Colegio de Médicos de Valencia y en el que han participado más de un centenar de profesionales de la salud.

En el estudio, que se inició hace tres años, han participado 33 personas centenarias (entre 98 y 102 años), 70 octogenarios (80-85 años) y otras 70 personas jóvenes, todas residentes en el área de Alzira.

Han estudiado en estas personas el conjunto de genes reguladores de las defensas y la inmunidad con el objetivo de buscar aquellos genes de longevidad que pudieran estar "sobreexpresados" en centenarios ya que éstos, no solo alcanzan una longevidad extrema, sino que además muestran unos destacables bajos niveles de fragilidad.

José Viña ha explicado que del conjunto de genes reguladores se han encontrado cuatro que están "sobreexpresados" y podrían estar "asociados a la longevidad".

"Se ha encontrado un conjunto de genes reguladores que podrían ser una marca de la centenariedad", ha afirmado Viña, quien ha indicado que las personas centenarias "están mucho mejor dotadas desde el punto de vista genético que las octogenarias. Tienen una vida saludable que se aproxima a la vida total".

Una de las conclusiones del estudio es que el análisis de componentes principales de los genes de los centenarios tiene "destacables similitudes" con el de personas jóvenes, mientras que "difiere considerablemente" del de los octogenarios.

Además, se ha podido determinar que los centenarios tienen aumentada la expresión de algunos de los genes reguladores si se comprara con su regulación en personas jóvenes, mientras que los octogenarios la tienen disminuida.

Según José Viña, recientemente se ha observado que en humanos el estrés oxidativo está asociado más que a la edad, a una mayor fragilidad.

A su juicio, una "interesante aproximación" sería encontrar intervenciones fisiológicas, nutricionales o farmacológicas para promover la actividad de estos genes asociados a la longevidad y ha destacado la importancia del ejercicio físico para promover dichos genes.