Uno de cada dos fumadores muere a causa del tabaco, que también es el responsable de una de cada siete muertes en España entre personas mayores de 35 años, según datos facilitados por la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Esta asociación resalta una serie de datos oficiales relativos a la incidencia del tabaco en los fumadores, con motivo de la celebración del XLVIII Congreso de las Enfermedades cardiovasculares que se ha celebrado en Sevilla. En concreto, destacó que el tabaco es la causa de una de cada siete muertes que se producen en España en mayores de 35 años (una de cada cuatro en el caso de los hombres) y el responsable de la aparición de más de 25 enfermedades distintas, entre ellas varias de origen cardiovascular, como es el caso, por ejemplo, de la cardiopatía isquémica y del ictus.

Asimismo, según las últimas cifras oficiales, en España fuma el 26,2% de la población y alrededor del 80% se inició en la adolescencia. La cifra de consumo de tabaco en España, aunque globalmente ha ido descendiendo en los últimos años, es todavía superior a otros países como Estados Unidos, donde la cifra no supera el 20%. En el congreso de Sevilla se elaboró un documento de consenso, promovido por el Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, en el que participaron más de 30 entidades y sociedades científicas con el fin de "abordar el tabaquismo desde una perspectiva multidisciplinar y desde la atención clínica".

Dicho plan recogió la importancia de que el especialista o el médico de atención primaria identifique siempre a un fumador cuando se dirija a una consulta, sea este o no el motivo de su visita, y de que siempre se le asesore para dejar de fumar.

En este sentido, la representante del SEC en el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, Regina Dalmau, recordó que si un fumador abandona el tabaco antes de los 45 años de edad, su pronóstico vital "se iguala prácticamente" al de aquellos que nunca han fumado. A finales de 2011 consiguieron dejar de fumar en España unas 800.000 personas y, al menos, tres millones y medio intentaron abandonar el hábito tabáquico gracias a medidas como el aumento de precios, la aparición de las advertencias sanitarias con imágenes en las cajetillas de tabaco, la crisis económica y la entrada en vigor de la reforma de la Ley Antitabaco.