Solo dos jóvenes que en su día estuvieron internos en el centro de medidas judiciales de Nivaria manifestaron ayer en el juicio por la muerte del adolescente Philipp que vieron a uno de los principales acusados, un vigilante, golpear al chico en su celda días antes de que fuera hallado fallecido, a la vez que lo llamaba "chivato". Uno de esos testigos, al que casi todo el mundo cita como el principal agresor físico y psíquico de Philipp, está hoy preso en la cárcel gaditana del Puerto de Santa María y testificó por videoconferencia. Su testimonio fue algo difuso y se limitó a decir que se ratificaba en lo que en su día aseguró a los investigadores de la Guardia Civil.

El otro joven exinterno de Nivaria aseguró que llegó a ver a ese mismo empleado de la empresa de seguridad golpeando e insultando a Philipp dentro de la celda.

Guardia Civil.- Uno de los guardias civiles que participaron en la investigación de las causas del fallecimiento explicó que, a la vez, encontró indicios de que había sido un suicidio y de que podía no serlo. Para dicho agente, lo que le generó serias dudas sobre el caso es que por parte de vigilantes de seguridad y menores internos negara una situación evidente de que el menor era insultado, vejado y amenazado con frecuencia. Y, según el testimonio del funcionario del Instituto Armado, Philipp supuestamente fue llamado "chivato" por advertir del trapicheo de droga en el interior del recinto. Además, este guardia comentó que algunos menores explicaron que dos vigilantes, procesados en la causa, eran el "eje vertebrador" del tráfico y consumo de sustancias estupefacientes en las instalaciones del monte de La Esperanza. Dicho agente indicó que, según la información que pudo recabar, los partes de incidencias dejaron de existir en algunos módulos tras la muerte de Philipp. El agente comentó que las cámaras que funcionaban en el centro grababan a intervalos con una calidad media. Y comentó que, en las imágenes que pudo visualizar, un vigilante, M.D.A., llegó a bajar hasta en siete ocasiones al módulo cero (donde estaba Philipp) durante la noche anterior a los hechos. Sin embargo, dicho guardia civil no supo identificar en la sala al citado joven.

Auxiliar sanitaria.- La auxiliar técnica sanitaria (ATS) que le suministraba un fuerte tratamiento psiquiátrico al menor aseguró que le sorprendió la muerte de Philipp, porque no lo veía "capaz de quitarse la vida". Además, esta profesional indicó que el chico nunca le confesó que lo amenazaran o torturaran.

Educadora.- La educadora que encontró muerto al menor señaló que le impactó la primera conversación que mantuvo con él, cuando le relató que había agredido con arma blanca a un educador con anterioridad: "Lo apuñalaba y el hijo de puta seguía vivo". No obstante, dicha mujer comenta que era un chico respetuoso, que no debería haber estado en el centro de medidas judiciales. Esta trabajadora comentó que la mañana del trágico hallazgo la rejilla de la celda estaba tapada y Philipp no respondía, por lo que llamó al personal de seguridad para que le abrieran la puerta. Cuando vio el cuerpo tendido en la cama y con la bolsa en la cabeza, "pensé que estaba jugando y le dije: ¡quítate eso que me das miedo!". Después vio que tenía la piel muy blanca y notó que estaba frío, por lo que inmediatamente dio la voz de alarma. Al igual que otros testigos, dicha trabajadora señaló que Philipp nunca le manifestó que sufriera torturas o vejaciones por parte de los internos o vigilantes.