El linfoma, el quinto tumor más frecuente en España, es "una enfermedad de esperanza", ya que su pronóstico, en general, es bueno, y en la mayoría de los casos es curable o, al menos, "manejable", de tal forma que el paciente puede llevar una vida con normalidad.

Así lo aseguró ayer el doctor José Francisco Tomás, jefe del Servicio de Hematología del MD Anderson Cancer Center de Madrid, en declaraciones a Efe, con motivo de la celebración el próximo sábado del Día Mundial del Linfoma.

En España se diagnostican cada año 6.000 nuevos casos de este tumor, de los que se conocen 30 tipos, que afecta al sistema linfático (el que nos defiende frente a las infecciones). Se produce por una proliferación maligna de linfocitos, generalmente dentro de los nódulos o ganglios linfáticos.

Primer tumor curable

El linfoma fue el primer tumor curable y en la década de los sesenta sirvió de ejemplo, con el empleo de agentes quimioterápicos combinados y radioterapia, para otras neoplasias. Desde entonces, este tipo de tumores sirve de modelo de cómo afrontar la batalla contra el cáncer, comenta Tomás.

Dos terceras partes de los linfomas se curan totalmente y, en otros casos, se logra cronificar la enfermedad, lo que posibilita que los pacientes convivan con ella haciendo una vida normal.

El linfoma afecta por igual a hombres y mujeres y es más común en personas mayores (por encima de los 50 años), aunque el de Hodgkin afecta también a jóvenes de entre 20 y 30. Al contrario que en otros tipos de tumores, los linfomas no están asociados a ningún factor externo, por lo que "no hay capacidad de prevención".