La Comisión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) han aceptado suavizar los objetivos de déficit para Portugal y le dan un año más, hasta 2014, para cumplir con el objetivo del 3% marcado por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC).

La denominada "troika" dictaminó ayer que el Gobierno de Lisboa está aplicando correctamente el plan de ajuste exigido por la Unión Europea a cambio del rescate de 78.000 millones de euros concedido en mayo de 2011. Por ello ha desbloqueado un nuevo tramo de 4.300 millones de euros, que podría pagarse en octubre.

Tras la flexibilización acordada por la "troika", el objetivo de déficit para Portugal este año será del 5%, frente al 4,5% previsto hasta ahora. Asimismo, también se han revisado los objetivos para 2013, cuando deberá reducir el déficit al 4,5% en vez de al 3% previsto, y para 2014, año en el que debe cerrar en el 2,5%.

En la rueda de prensa de presentación de la revisión al programa de ajuste luso, el ministro de Finanzas, Vitor Gaspar, incidió en que más tiempo para cumplir los objetivos no significa más dinero, ya que será el propio Gobierno luso el que cubra la diferencia, ni cambios en las condiciones de la ayuda financiera.

De hecho, recalcó que esta revisión obedece a "una coyuntura exterior más adversa y al aumento del desempleo, y no conllevará menos austeridad". El ministro de Finanzas señaló que la situación es "difícil y peligrosa", y solo se podrá superar si cada Estado miembro y Europa en su conjunto son capaces de dar "la respuesta adecuada". En este sentido, la "troika" revisó a la baja sus previsiones de crecimiento y espera que la economía portuguesa se contraiga un 3% este año y un 1% adicional en 2013.

El vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, aseguró que la flexibilización de los objetivos de déficit "aliviará el costo económico a corto plazo y el impacto social de este ajuste necesario". "Esta prórroga, y el hecho de que las autoridades portuguesas confíen en poder cubrir cualquier necesidad de financiación adicional, son una prueba más de la credibilidad reforzada de Portugal", apuntó.

"En un entorno externo muy difícil, Portugal ha mantenido su sólida trayectoria en la aplicación de su programa de ajuste económico. Como resultado, la confianza en Portugal entre sus socios internacionales y entre los inversores continúa aumentando", apostilló. No obstante, reclamó al Gobierno de Lisboa que "continúe aplicado todos los aspectos del programa con el mismo nivel de determinación en los próximos meses" con el mayor apoyo político posible. Pese a admitir que estas medidas "pueden traer dificultades a muchos portugueses a corto plazo", Rehn defendió que "están creando las condiciones para unas finanzas públicas sostenibles, un crecimiento equilibrado y más y mejores empleos".

La "troika" ha respaldado así los últimos ajustes anunciados por el Gobierno portugués para cumplir los objetivos de déficit, entre ellos la reducción de los salarios mediante el aumento en 7 puntos de las cotizaciones sociales que pagan los trabajadores.

Gaspar adelantó ayer que se exigirán más "sacrificios tributarios" a los portugueses. Además habrá nuevas privatizaciones de entidades estatales, como los correos y el agua.