Música hecha por jóvenes para los jóvenes. Esta es la clave del proyecto que la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Música (Atadem) ha puesto en las manos de José Antonio Cubas, un profesional "de fondo" que a lo largo de su carrera ha sabido gestionar grupos y ponerlos en pie sobre la base de la divulgación musical.

Actual vicedirector del Conservatorio Superior de Música de Canarias y antiguo responsable de bandas como la de La Esperanza o la Filarmónica de Los Realejos,

Cubas prepara la puesta en marcha de un conjunto que inicialmente estará compuesto por una treintena de intérpretes y que, si se cumplen las previsiones, ofrecerá sus primeros conciertos a finales de este año.

La oportunidad llegó a finales del pasado curso cuando el solista y profesor de Trombón dirigió a la Banda Sinfónica del Conservatorio Superior de Música en el Casino de Tenerife. Al finalizar el concierto, Miguel Jaubert, presidente de Atadem, le refirió su proyecto, por lo que, dice, se sintió halagado.

"Días después me comentó que la Fundación DISA iba a apoyar la creación de la orquesta juvenil. Me sorprendió que en estos tiempos en que la cultura, por desgracia, ha pasado a un segundo plano, todavía haya personas y entidades que sean capaces de apostar por la música, por la cultura y por la creación de un gran proyecto que me atrevería a aventurar que es único en España y que va a ser una referencia en todo el país".

El director de la OJST considera que, junto a las citadas personas e instituciones, la profesora de violín Cristina Padrón será "un pilar fundamental en la formación de esta orquesta", sin olvidar, por supuesto, "a los niños y niñas y sus familias", que van a hacer posible esta aspiración.

Tras la primera convocatoria realizada antes del verano, esta semana se reabrirá el trámite para optar a la joven orquesta.

"Ahora mismo estamos preparando el repertorio y la documentación que se entregará a las familias de los niños y niñas", señala Cubas, para quien "es mejor que el repertorio esté compuesto por arreglos nuestros a fin de garantizar una mayor eficacia en la consecución del proyecto".

Guiño al folclore canario

Apenas existen precedentes de orquestas compuestas por niños que enfoquen su trabajo a gente de su edad. "Lo normal es que sean orquestas sinfónicas de personas adultas las que hacen música para niños, mientras que las orquestas de niños tocan para adultos -aduce el responsable de la OJST-. Hay orquestas de niños en muchos lugares, pero que tengan como objetivo el realizar música para niños me atrevería a aventurar que no hay ninguna".

Además del repertorio clásico, "variado, que cubra diversas épocas y que guste a todos, intérpretes y oyentes", Cubas no descarta hacer aproximaciones a música situada fuera de la escena académica y, en particular, al folclore canario.

"Nuestro fin no es solo iniciar a los niños en la música, sino también educarles en valores durante el tiempo que estén con nosotros", incide, "trasladarles conceptos como el compañerismo, la amistad, la comprensión, la tolerancia y el respeto, ya que según creo son muy necesarios para el desarrollo personal. Como dijo Riccardo Muti cuando recibió el premio Príncipe de Asturias de las Artes Mi tarea es que la música lleve a la fraternidad".

Precisamente fue Muti quien dijo que "deberíamos enfocar la educación musical de los niños no para hacer que toquen la flauta en clase, sino para adentrarlos en esa maravillosa floresta de sonidos que es la música".

José Antonio Cubas está de acuerdo con el maestro italiano: "Imaginemos que cada instrumento es un color, pues bien, dentro de cada instrumento puede haber una gama amplia de timbres que vendría a ser algo así como los diferentes tonos de un color; pero, por muy bonito que sea un color aislado, nunca tendrá la belleza que tiene el arcoiris y esto vale también para la música: por muy bonito que sea el timbre de un instrumento nunca será lo mismo que cuando está dentro de la orquesta".

Compaginar tareas

Otros aspecto no menos importante es cómo se va a regular el funcionamiento de la OJST desde el punto de vista de la organización del trabajo, realizado en definitiva por niños que han de hacer compatible esa labor con sus tareas escolares.

"Cuando hablamos de funcionamiento, debemos tener en cuenta que los niños tienen su enseñanza obligatoria, sus enseñanzas de Conservatorio o de Escuelas de Música, y en muchos casos a esto hay que sumar algunas actividades extraescolares. Cuando llega el fin de semana, además que querer jugar tienen que hacer sus tareas del colegio, por lo que es muy difícil (pero no imposible) que le puedan dedicar mucho tiempo a la OJST. Para poder compaginar este trabajo", explica Cubas, "los ensayos los haremos los sábados de 10 a 12 de la mañana. Tenemos previsto que de 10 a 11, Cristina Padrón ensaye con las cuerdas y yo con los vientos para pulir lo máximo posible el repertorio y luego de 11 a 12 se ensaye de forma conjunta".

"No es viable ensayar más de dos horas -asegura- porque ya se perdería la concentración. Estamos hablando de niños, de modo que no me parece eficiente ni oportuno repetir cosas hasta que salgan. Trabajamos con personas que deben tener un desarrollo físico e intelectual acorde con su edad".