El síndrome postvacacional suele afectar al 35 por ciento de la población y los síntomas más frecuentes son cansancio, fatiga, somnolencia, cefaleas, falta de concentración y apetito, dolores musculares o molestias gástricas que, en cualquier caso, no deben durar más de 10 a 14 días.

Así lo aseguró el neurólogo del Hospital USP San Camilo de Madrid Antonio Yusta, que reconoce que si los síntomas persisten más tiempo es mejor acudir al médico ya que probablemente "ya no será este síndrome".

Además, este experto asegura que es más frecuente en personas entre los 45 y 55 años y en las que se ha producido un brusco cambio de sus ritmos biológicos rutinarios.

Durante el verano cambian las horas de sueño, y con la vuelta al trabajo se suele producir un cambio brusco de los ritmos biológicos que "puede producir una intensificación y aumento de la frecuencia de cefaleas en personas migrañosas, así como dificultad para conciliar el sueño".