El aumento de las temperaturas está provocando el deshielo de zonas del suelo costero del Ártico congeladas casi permanentemente, fenómeno que conllevará multiplicar por 10 las emisiones de CO2 procedentes de los depósitos de carbono protegidos hasta ahora por el hielo y acelerará el cambio climático.

Un estudio realizado por la Universidad de Estocolmo, junto a científicos de otros países, entre ellos del Instituto Catalán de Ciencias del Clima (IC3), señala que la subida de las temperaturas está produciendo la descongelación del permafrost (nombre del suelo semi-permanentemente congelado) durante mayor tiempo en verano y a mayor profundidad, activando así los depósitos de carbono orgánico. Esta investigación, que tuvo su trabajo de campo en el Ártico Siberiano y cuyos resultados se publicaron ayer "on line" en Nature, apunta que la liberación del carbono ártico, causada por la degradación y la erosión debidas al deshielo, podría alcanzar los 44 millones de toneladas al año, cantidad diez veces superior a lo que se estimaba con anterioridad.

El análisis indica que unos dos tercios de este carbono contenido en el permafrost, unos depósitos que en algunos casos se remontan a hace 40.000 años y que se han mantenido inactivos al estar congelados, se irá escapando a la atmósfera en forma de CO2, uno de los principales causantes del efecto invernadero, señala a Efe la investigadora del IC3 Laura Sánchez-García, coprimera autora del estudio.