Veinticinco asociaciones de catedráticos reclaman que se reforme el modelo de gobierno de las universidades, como "raíz" de la mayor parte de sus males, y se eliminen todas las "interferencias políticas, sindicales y de nacionalismos excluyentes", ajenas a la docencia, la investigación y la gestión. "La institución universitaria padece graves problemas que no se resuelven con parches y arreglos puramente economicistas y pretendidamente justificados por razones de urgencia", advierte la Federación de Asociaciones de Catedráticos de Universidad (FACU).

Cuando se da una situación de crisis, defiende, es necesario y adecuado que todos dialoguen entre sí. Esta entidad se ofrece para colaborar con el Ministerio en una respuesta "global, positiva y valiente" a problemas como el número de universidades, selección de profesorado y alumnos, métodos pedagógicos, vinculación con las empresas o adecuado sistema de becas para los estudiantes "oportunos".

Pero alerta contra una reforma "partidista" más, ya que todas las anteriores fueron "desorientadas e ineficaces". Reclama que se reconozca de forma efectiva la calidad docente ("sistemáticamente minusvalorada") y la investigación; mejorar la selección, movilidad y carrera del profesorado y prorrogar su actividad cuando sea de excelencia, además de un patrón adecuado de exigencia y motivación del alumno.