Un hombre detenido hoy en Nueva York confesó su implicación en la desaparición y muerte en 1979 del niño Etan Patz, un caso que conmocionó a la sociedad estadounidense y que llevó al entonces presidente Ronald Reagan a declarar el 25 de mayo como el Día Nacional de Niños Desaparecidos.

"Un individuo ahora en custodia ha hecho declaraciones a los detectives de la Policía de Nueva York implicándose en la desaparición y muerte de Etan Patz hace 33 años", informó en un comunicado remitido el jefe de ese cuerpo de seguridad, Raymond Kelly, quien espera ofrecer más detalles esta jornada.

Las autoridades revelaron que el hombre fue detenido en la localidad de Camden, en el vecino estado de Nueva Jersey, pero no facilitaron su identidad porque todavía está siendo interrogado en Nueva York y aún no se han presentado cargos contra él.

El canal NBC asegura que se trata de Pedro Hernández, un hombre que vivía y trabajaba en el mismo barrio que Etan Patz cuando el pequeño, de 6 años, desapareció el 25 de mayo de 1979 tras haber salido de casa solo a primera hora de la mañana hacia la parada de autobús que le tendría que haber llevado al colegio.

Según ese mismo medio, que cita fuentes policiales, Hernández ha confesado que logró atraer al niño utilizando unos caramelos antes de atacarle.

El diario The New York Post, por su parte, informa de que el hombre ha confesado a las autoridades que apuñaló al pequeño, descuartizó su cuerpo y escondió los restos en bolsas de plástico que después tiró a la basura.

El caso del pequeño Patz, que se convirtió en uno de los primeros menores cuya imagen apareció impresa en cartones de leche por todo el país, fue reabierto por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) a finales de abril pasado con el rastreo de un edificio en el barrio del SoHo, en el sur de Manhattan, para buscar en el sótano posibles restos óseos del menor.

La búsqueda, seguida con gran expectación, culminó sin el hallazgo de pistas sobre la muerte de Patz, cuyo responsable siempre se sospechó que fue José Ramos, que en la actualidad cumple condena en una cárcel de Pensilvania por abusar de otro niño y contra quien nunca llegaron a presentarse cargos por falta de pruebas.

Ramos salía con una mujer que trabajaba en el domicilio de los Patz, e incluso llegó a admitir que el día de su desaparición estuvo con él, aunque siempre negó haberlo secuestrado.

El menor fue declarado oficialmente muerto en 2001 por las autoridades y el caso fue reabierto en 2010 por el fiscal de Manhattan, Cyrus Vance.