TÓMESELO en serio. No critique tan rápido, mujer, que está bien, que hable y que cuente sus ideas, que ejerza de líder. Y es que Rivero nos convoca a su ponencia sobre "El modelo de desarrollo sostenible para Canarias" y nos da la risa; "desarrollo sostenible", anuncia. Algo jurásico: en la era de la globalización, la contención del gasto y la austeridad, el presidente rescata la propaganda oficial de Hermoso cuando fue alcalde de Las Palmas y se ganaba dinero con la planificación territorial y el "boom" innombrable; don Manuel, que reapareció estos días, reparte abrazos y propone que CC retome el populismo efectista de aquellos tiempos.

Está antiguo Paulino, que no sabe que el desarrollo es sucio, contaminante y culpable del cambio climático. Aunque eso ahora tampoco importa; el medio ambiente estuvo de moda pero ya no, ojee las encuestas, presidente; los melenudos perdieron influencia. Y eso de condescender con el vulgo también es una idea caduca: la situación exige rigor y proyecto, y menos sopa boba. El reto, si me apura, es desmontar la cadena de favores -subvenciones y otros artificios- que tan cara nos sale al ciudadano; cara en dinero, en puestos de trabajo y en ilusiones.

Otra cosa sería que en su comparecencia Rivero abandonara el eslogan rancio y revelara su "modelo para Canarias", sin más. Entonces sí, señora, entonces sí. Porque la acción política requiere plantear un modelo de futuro, claro, discutirlo y consensuarlo, en su caso.Y ya tarda. Son cinco años de "paulinato" a la deriva. Aunque quizás la experiencia acumulada otorgue sabiduría, puede ser. Hay indicios. Yo también leí que Rivero dijo que en nuestra relación con Europa no quería "ni subvenciones ni limosnas, sino instrumentos para generar actividad económica", y deseo que no sean solo palabras, sino que tal declaración de intenciones se convierta en una contundente iniciativa legislativa para la reforma del REF, como poco.

¿Que usted lo duda? Será difícil cambiar, es cierto, pero no imposible: tiene la capacidad como presidente del Gobierno, la oportunidad y ha manifestado su voluntad. Si no lo hiciera -y hablamos de definir ese nuevo modelo para Canarias, de explicarlo y de ponerlo en marcha- sería porque no sabe. No sabrá por dónde empezar. Lo cual tampoco me extraña, todo sea dicho de paso; no es tan fácil desprenderse de los dogmas del pasado, de las ideas que no evolucionan, tratar de romper los grilletes del proteccionismo que se pensaron para protegernos y que ahora nos mantienen enjaulados.

Aunque quizás nos equivocamos al demandar esa acción política al exhausto presidente y debamos pedirle tan solo que simplifique y se concentre en reorganizar la administración y los servicios públicos. Qué cómodo reivindicar a otros en vez de apelar al talento y responsabilidad individuales.

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