España ha recurrido al Banco Central Europeo (BCE) para dar una mayor credibilidad a la valoración independiente de la cartera crediticia de la banca española, con el fin de disipar las dudas sobre los balances de las entidades a raíz de la crisis del sector inmobiliario. Con la colaboración del BCE, el Ejecutivo espera concluir el análisis en los próximos dos meses.

Se trata de una tarea "ingente", dijo ayer el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, quien admitió que fue el BCE el que "mostró su interés" en colaborar en la valoración de los balances de la banca española y que, por ello, el Gobierno le ofreció participar en el proceso junto a dos auditores independientes anunciados el pasado viernes como parte de la reforma financiera.

De Guindos indicó que el Eurogrupo, en la noche del lunes, sugirió al Ejecutivo que acelerara el proceso de valoración "y también el BCE mostró su interés en cooperar con el Banco de España y con los valoradores independientes, a efecto de estas auditorías", explicó al terminar la reunión de ministros de Economía de la Unión Europea (Ecofin).

"No hay nada que ocultar; creemos que la reforma que estamos haciendo clarifica e introduce transparencia en los balances", resaltó De Guindos, que además rechazó que sea necesario pedir ayuda del fondo de rescate europeo para recapitalizar los bancos. "Nadie ha requerido lo más mínimo al respecto", zanjó.

El ministro también negó que la participación del BCE en las evaluaciones independientes encargadas a dos entidades desautorice la labor del Banco de España, y descartó reformar de momento el estatuto del regulador para darle más independencia política y recuperar su credibilidad.

La valoración de la cartera crediticia la hará un "grupo de trabajo" formado, por tanto, por el Ministerio de Economía, el Banco de España, el BCE y los evaluadores independientes.

Además, De Guindos rechazó que España pueda sufrir un "corralito" tras una hipotética salida de Grecia del euro, como planteó el premio Nobel de Economía Paul Krugman el fin de semana. El ministró lo calificó de "sinsentido".

Tanto Luis De Guindos como sus homólogos europeos y los representantes de las principales instituciones comunitarias apostaron firmemente por la permanencia de Grecia en el euro.

El Ecofin aprobó ayer un texto de compromiso para iniciar con el Parlamento Europeo las negociaciones sobre los nuevos requisitos de capital para blindar la banca ante futuras crisis, después de que el Reino Unido y Bulgaria levantaran sus reservas y se sumaran al consenso mayoritario.

El texto adapta a la legislación comunitaria y a más de 8.300 bancos europeos las normas del acuerdo internacional de solvencia Basilea III, que entrará en vigor en 2013 y que exigirá un coeficiente mínimo de capital ordinario del 4,5% de los activos ponderados por riesgo, un 6% de máxima calidad y un 8% de capital total.

De Guindos calificó el consenso de "satisfactorio" porque permitirá aplicar Basilea III y combinar las reglas del mercado único con la flexibilidad en cada Estado miembro sobre regulación bancaria y endurecimiento de los requisitos.

Por otro lado, la agencia de medición de riesgos Fitch apuntó que la banca española necesitará ayudas públicas para los nuevos requisitos de aprovisionamiento de los créditos inmobiliarios. Esa cantidad oscilará, calcula, entre los 15.000 y los 35.000 millones.

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