LA MONARQUÍA española se cree que Argentina sigue siendo una colonia de España, cuando allí mandaban los realistas y sus tropas, pero esto fue hasta 1816, año en que esta nación declaró su independencia de España, de Fernando VII y de sus sucesores. Pero ahora, en este siglo XXI, miren por dónde, Madrid se cree que sigue mandando en América, como en tiempos de Felipe II o los Borbones, y se dedica a lanzar amenazas a un Gobierno que ha tenido el valor de recuperar sus riquezas nacionales en manos de la multinacional Repsol. A los patriotas canarios, y esperemos que a los de las repúblicas americanas excolonias de España, les habrá alegrado muchísimo esta decisión de la presidencia argentina, que cuenta además con el apoyo de los países del grupo ALBA.

La condición primera de toda realización socialista y nacional de un país consiste en liberarse de los monopolios extranjeros y de las graves secuencias del colonialismo, rindiéndole sus riquezas mineras, el comercio exterior y nacionalizando las empresas extranjeras y los trust que quieren aprovecharse de las riquezas nacionales, pagando lo que en realidad les corresponde a las acciones nacionalizadas, no lo que exijan gobiernos extranjeros como España.

Ahora bien, en estos últimos días, la prensa española y el Gobierno de Madrid han estado lanzando una serie de mentiras y calumnias que no corresponden a la realidad de lo sucedido. El triministro Soria e incluso el de Asuntos Exteriores español han dicho que tocar a Repsol es como tocar a España y a los españoles, como si Repsol-YPF fuera una multinacional totalmente española, propiedad de todos los españoles.

La realidad es que más del 50% de las acciones se encuentra en manos extranjeras; el 42% pertenece a fondos de inversión, gestionados por bancos extranjeros, formando parte el 9,5% a la empresa mejicana PEMEX, adonde se dirigió el presidente Rajoy en su primer viaje a América, visitando Méjico para obtener su apoyo y denunciar al Gobierno argentino. La participación de españoles, del pueblo español que dicen, el 23% lo tiene la constructora SACYR y CaixaBank, el 10%, quedando muy poco para los inversores privados.

Claro que la Hacienda española está algo resentida, porque Repsol-YPF declara en España solo el 26,8% de sus enormes beneficios obtenidos en todo el mundo. El resto la multinacional lo deposita en los paraísos fiscales, como parecen ignorar los políticos españoles.

YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), empresa argentina, fue creada en 1922 por el Estado argentino para buscar petróleo en su territorio; setenta años después fue privatizada por el gobierno peronista neoliberalista de Carlos Ménem, entre otras causas por la presión internacional del FMI y el consentimiento de este último.

La compra de la empresa YPF por parte de Repsol viene de antiguo y fue uno de los negocios más escandalosos de este país. Detrás de todo este turbio asunto están el Sr. Antonio Brufau, actual director de Repsol, y sus socios en España, con las presiones del gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, el de los cinco millones de parados. La primera venta o transacción fue la compra de YPF por el Grupo Petersen, con el aval del multimillonario argentino Sr. Eskenazi y del hombre más rico del mundo, el multimillonario mejicano Carlos Slim, y ciertas empresas y bancos suizos, como Credit Suisse.

Con motivo de esta operación, surgieron preguntas sin contestar que ahora han vuelto a surgir en la prensa argentina, que se pregunta por qué Repsol le vendió parte de YPF a la empresa pública Petersen, grupo sin experiencia en el negocio petrolero. El Grupo Petersen, con sede en Madrid, no desembolsó ni un solo peso en efectivo; además, se tasó Repsol al mismo precio que tenía cuando la compraron los españoles, en 1999. También ahora se sabe que Repsol le prestó al comprador Petersen casi la mitad del dinero que este debía desembolsar para adquirir le compañía YPF. Repsol les concedió a los banqueros argentinos Eskenazi bastante tiempo de gracia para empezar a pagar y con tasas de interés bajas. Los Eskenazi y Repsol acordaron cobrar dividendos por hasta el 90% de las utilidades en el contrato de compra. No es extraño que esta familia de millonarios y banqueros argentinos se quedaran con el control de la empresa, cuando en realidad solo manejan el 14,9% de las acciones, y que fueran los hombres de paja de la multinacional española. Previamente a la compra de YPF por Repsol, los amigos millonarios argentinos del Sr. Brufau registraron Petersen Energia S.A. en España con un capital de 60.000 euros y enseguida fue capitalizada en 107 millones de dólares, por Petersen Energia PTY LTD, con sede en Australia, por medio de créditos.

Con esta operación, el banquero argentino Sr. Eskenazi llegó a ser vicepresidente del grupo YPF desde 2008, miembro directorio de Petersen Thiele & Cruz SA, Estacionamientos Buenos Aires SA, Petersen Energia SA, Petersen Energia Pty, Ltd Agro Franca SA. Sus hijos y hermanos están también colocados en las mismas empresas. La operación financiera para pasar al sector privado de YPF se hizo con la colaboración de bancas españolas como La Caixa y el actual director de Repsol, Sr. Antonio Brufau.

Fue en la época en que el presidente de Bolivia, Evo Morales, había decretado el encarcelamiento del gerente general de Repsol en dicho país. Los sindicatos argentinos del petróleo y los ecologistas paraban a cada momento la producción de Repsol y un 70% de la opinión pública argentina quería que YPF volviera a convertirse en una empresa argentina y rompiese con la española Repsol y sus métodos de explotación colonial. Pero las gestiones del Sr. Rodriguez Zapatero, bancos y empresas españolas, siendo embajador de España Rafael Estrella, lo impidieron.

El Gobierno argentino acusó a YPF, controlada por Repsol, de enviar sus beneficios fuera del país y no invertir lo suficiente para aumentar la producción. El Ejecutivo argentino responsabiliza a la empresa de los problemas de abastecimiento de combustible en Argentina, país productor de petróleo, la caída en la producción y la falta de inversiones. A partir de 2010, Argentina tuvo que importar combustible para abastecer su mercado interno. Pero es que entre 2003 y 2010 las compras de gas y carburantes de un país productor pasaron de 548 millones de dólares a 4.443. La tensión creció el pasado mes cuando la compañía negó el acceso a una reunión del directorio a varios funcionarios del Gobierno argentino que no son miembros del consejo.

La situación de Repsol-YPF y sus manejos ha sido seguida con atención por las empresas multinacionales con presencia en Argentina, especialmente las españolas, que, según fuentes empresariales, observan el caso sumamente preocupadas por la actitud de Madrid.

Las grandes empresas españolas afincadas en Argentina, agregaron las mismas fuentes, comparten los mismos problemas, derivados de las restricciones impuestas en el sistema cambiario o las nuevas imposiciones para las importaciones y exportaciones. La administración española ha subrayado públicamente a los cuatro vientos que España es el inversor extranjero número uno en Argentina -con una inversión que ronda los 22.000 millones de dólares- y que el Gobierno de Rajoy "no miraría hacia otro lado ante una embestida contra las empresas españolas". "El caso de Repsol-YPF no es el mismo que el de Aerolíneas Argentinas", comentó una de las fuentes consultadas, en referencia a la compañía aérea expropiada por Cristina Fernández al grupo Marsans en 2009.

El Gobierno argentino, como un Gobierno independiente que no tiene miedo de las amenazas de su antigua colonia, nos recuerda el año 1970, cuando el gobierno de la República Argelina nacionalizó el petróleo nacional. La prensa europea y de los EEUU, y especialmente la francesa, hablaron del petróleo rojo y pedían la reconquista de Argelia, que acababa de liberarse el 5 de julio de 1962. El presidente Boumedienne, en un discurso hecho el 24 de febrero de 1971, ante los trabajadores argelinos con motivo del XV aniversario de la UGTA, dijo: "Hemos nacionalizado empresas americanas, inglesas y otras; hemos promulgado leyes en vista de su indemnización. No hemos enviado enseguida ni a Washington ni a Londres a nuestros embajadores o ministros para negociar, pues consideramos que esto es nuestro derecho. Somos soberanos y podemos tomar cualquier decisión que derive naturalmente del ejercicio normal de nuestra soberanía. Ha llegado el momento de tomar nuestras responsabilidades, de elevar la revolución en el sector del petróleo y de concretar las opciones fundamentales de nuestro país en este dominio".

En realidad, lo que había llevado a cabo el Gobierno del coronel Boumediene era que la participación de Argelia en todas las sociedades extranjeras pasara del 49% al 51%, es decir, había nacionalizado el 2% solamente, pero con ello la empresa estatal Sonatrach asumía la dirección y el control efectivo de todas las multinacionales petroleras en su país. También en la IV Conferencia en Argel, en 1973, de los Países no Alineados, el presidente Boumediene resaltó: "El pillaje de las riquezas nacionales por el colonialismo ha sido un factor determinante de los retrasos acumulados en todos los dominios de los países de África, Asia y America Latina, pero permanece como una causa permanente de agravamiento de la situación económica y social de estos países que quieren aumentar de año en año la diferencia que los separa de las naciones industrializadas. La nacionalización de las materias primas se convierte, en definitiva, en una condición fundamental del desarrollo económico".

En conclusión, los patriotas canarios que luchamos por convertir a esta colonia en una nación libre del colonialismo español, el partido que representamos, el Congreso Nacional de Canarias (CNC), brazo político del Movimiento de Liberación Africano, el MPAIAC, apoyamos la política del Gobierno argentino actual a favor de la nacionalización de la parte correspondiente de las acciones de Repsol-YPF, el cual fijará los precios correspondientes de esta multinacional, que buscaba solo su interés sin tener en cuenta el país de donde extraía sus riquezas ni su población.

El pasado jueves, el Senado argentino aprobó por amplia mayoría la nacionalización del 51% de YPF con gran contento de la opinión pública argentina, de todos los trabajadores argentinos de la citada compañía y, suponemos, de los países americanos progresistas.

Además, para más información, según el periódico digital Expansión.com, donde reproduce con fecha de este 24 de abril pasado un artículo de la agencia española EFE dice: "Una juez de Argentina ha ordenado la suspensión de los derechos sobre acciones de la petrolera YPF que la española Repsol vendió el año pasado en la Bolsa de Nueva York, confirmaron hoy a Efe en Buenos Aires fuentes del caso. La medida fue adoptada el pasado viernes por la magistrada Edith Cristiano, a cargo del Juzgado del Trabajo de la sureña ciudad de Río Grande, provincia de Tierra del Fuego, a solicitud de la Federación de Ex Agentes de YPF, que reúne a unos 25.000 antiguos empleados de la compañía que reclaman ser reconocidos como accionistas. Cristiano ordenó a YPF, bajo intervención estatal, que suspenda los derechos políticos y económicos de las 45.212.888 acciones de la petrolera argentina que cotizan en la Bolsa de Valores de Nueva York representativas del 11,5% del paquete accionarial de YPF que Repsol puso en oferta en ese mercado en marzo de 2011. La medida es cautelar, ya que fue adoptada hasta que se resuelva sobre la nulidad de la venta planteada por la Federación de Ex Agentes de YPF, explicaron a Efe los abogados de ese colectivo. La orden implica, en términos concretos, que los tenedores de dichas acciones no podrán percibir dividendos ni votar en las asambleas de accionistas".

"Según los demandantes, en la venta de marzo de 2011 Repsol presuntamente violó una orden judicial de febrero de 2011 del juez federal argentino Óscar Valentinuzzi que impedía al grupo español vender sus acciones en YPF debido a una demanda iniciada por la Federación de Ex Agentes. Según los demandantes, en 1990 se estableció que el 10% de las acciones de YPF quedara en manos de los trabajadores mediante el Programa de Propiedad Participada (PPP), titular de acciones clase C. Pero, en 1997, de acuerdo a los querellantes, el Estado argentino y el directorio de YPF pusieron en venta esas acciones sin la autorización de los trabajadores mediante un decreto del entonces presidente argentino, Carlos Ménem, que en 2001 fue declarado inconstitucional e invalidado por la Corte Suprema".

"Repsol adquirió el 98% del paquete accionarial de la mayor petrolera argentina en 1999. En octubre de 2002 el Estado argentino promulgó una ley para indemnizar a los extrabajadores de YPF con bonos por un total de 100 millones de dólares, muy por debajo del monto reclamado por los demandantes".

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