Taxistas que no recogen pasaje si la parada está a menos de 50 metros porque les multan, semáforos que no duran lo suficiente y que obligan al viandante a correr, ausencia de sillas donde descansar en lugares donde hay que hacer largas esperas, como en los bancos o en las administraciones públicas, y en estas últimas además, con el añadido de que suelen ser dependencias magníficamente decoradas con sillones muy modernos, pero de los que resulta casi imposible levantarse puesto que no cuentan con lugares de apoyo. Esta es la realidad a la que se enfrentan los mayores de Canarias cada día, cuando salen a la calle a realizar cualquier gestión.

La población está cada vez más envejecida y los lugares por donde han de moverse se han convertido en territorio ciertamente hostil. En muchos casos no tienen a nadie cercano que les haga "los recados" y se ven abocados a tener que hacerlos por sí mismos, como cuenta Amparo Segovia, quien fuera presidenta de Unicef Tenerife durante 32 años. Esta mujer se queja amargamente de que cuando un mayor tiene que hacer cualquier gestión, un taxi de Santa Cruz de Tenerife no pueda recogerle en el punto donde se encuentra porque les multan si está a menos de 50 metros de la parada, como le ocurrió a ella misma la semana pasada cuando estuvo a punto de caer tras salir de uno de estos vehículos, hecho del que el conductor se percató y por eso la ayudó a llegar hasta un ascensor próximo. Justo en ese momento, un agente multó al taxista y desconoce si al final le retiraron la sanción a pesar de que ella firmó un papel de su puño y letra donde informaba a quien correspondiera, que aquel conductor solo quiso ayudar a "una persona minusválida y con problemas de movilidad".

Amparo se emociona relatando las dificultades que sufre este importante colectivo de ciudadanos -y "cada vez somos más", recuerda-, mientras pide que las instituciones pongan en marcha medidas que eviten que se sientan atenazados en las ciudades o pueblos en los que han vivido toda la vida.

Por eso tiene muy presentes unas palabras que le dijo Joaquín Ruiz Jiménez, cuando era Defensor del Pueblo y ella dirigía Unicef en Tenerife: "Ahora te ocupas de los niños, pero el día de mañana ocúpate de los mayores que lo necesitan más", recuerda.